Goleador, generoso, inteligente, imprevisible, líder y capitán. El inicio de 2016 demuestra que Leo Messi no tiene límites. Tras un gran 2015 – triplete incluído – el futbolista argentino arrancó el nuevo año con la misma voracidad de siempre. La lesión que le apartó durante dos meses fuera de los terrenos de juego, hacía pensar que el 10 no lucharía por el «pichichi» en el Campeonato de Liga. Nada más lejos de la realidad: en las 12 jornadas ligueras que se llevan disputadas en este 2016, Messi ha marcado 15 goles (21 en total) y se acerca a los 27 de Cristiano Ronaldo. El albiceleste, que suma 22 tantos en este año natural, vive su momento más dulce a nivel individual y colectivo. Messi – 447 goles en sus 517 partidos disputados con la camiseta del FC Barcelona – muestra su lado más asociativo y generoso con sus compañeros de ataque. Ha madurado jugando al fútbol y se dosifica dentro del verde. Aparece cuando debe y como quiere. Sin dejar de ser aquel Messi «inhumano» de hace un lustro, el cinco veces Balón de Oro crece con el paso de los partidos y las temporadas. Lionel, que en Ipurúa ante el Eibar se exhibió con una primera mitad maravillosa, alcanza la cifra de los 35 goles en el global del curso (6 de ellos de falta directa). Se agotan los calificativos para definir al mejor jugador del mundo. Simplemente, a seguir disfrutando de la zurda de Leo.