El futbolista español se impuso en la votación a Vinicius (segundo), Bellingham (tercero) y Carvajal (cuarto) para convertirse en el segundo jugador español que recibe este galardón
Rodrigo Hernández (28 años) ya es de oro de primera ley. El centrocampista español se alzó con el galardón más lujoso del mundo del fútbol siendo el tipo más normal de todos, uno que no tiene tatuajes, ni pendientes, ni redes sociales y un pelo de futbolista clásico. Miró al cielo de París, acomodó las muletas, sacó a relucir la sonrisa de un niño que nunca había soñado con lograr al así (a él le importan más los títulos colectivos) y alzó un premio entre lágrimas que le otorga un pase directo a una reducida lista de futbolistas que han sido coronados como los mejores del momento. Y es que la noche del lunes 28 de octubre en el Teatro Chatelet pasará a la historia también tras convertirse en el segundo español que conquista dicho galardón tras el logrado por Luis Suárez en 1960.
Este Balón de Oro a Rodri es el premio al pivote perfecto, uno que es capaz sacarse la carrera de Administración y Dirección de Empresas, dar salida de balón, ganar duelos con facilidad, defender a las mil maravillas y, para su posición, dar goles y asistencias como si de un mediapunta se tratase. Así las cosas, antes de la gala todo hacía indicar que dicho reconocimiento sería para Vinicius, segundo clasificado, hasta que todo explotó todo por los aires de la manera más inesperada. Sin embargo, había motivos de sobra para entender el cambio de guión un última hora que provocó la ausencia de toda la expedición del Real Madrid. O al menos eso dice lo firmado por Rodri con el Manchester City y la selección española.
El Balón de Oro de una estrella sencilla
El curso pasado el Manchester City logró un cuarto título consecutivo de la Premier League, un hito sin precedentes en 135 años de fútbol inglés. Además, las dos únicas derrotas del equipo de Guardiola en esta competición coincidieron con la ausencia de Rodri por suspensión. Ganaron el Mundial de Clubes y la Supercopa de Europa. Entre todas las competiciones Rodri marcó 12 goles y repartió 15 asistencias desde la posición de pivote (unos números sin precedentes para alguien en su posición). Hay más méritos deportivos. La guinda de su pastel casi perfecto llegó en verano con la consecución de la Eurocopa, donde fue uno de los líderes del vestuario y el faro de todos sus compañeros. Su papel fue clave, lo que le permitió ser nombrado como Jugador del Torneo. Apodado por sus compañeros en el City como el futbolista que no conoce la derrota, el madrileño jugó 50 partidos con su equipo y solo perdió uno en la fina de la FA Cup ante el Manchester United, las actuaciones de la estrella sencilla le han servido para alzarse con el Balón de Oro 2024.
«Que la gente piense que puedo ser el mejor del mundo para mí ya es increíble. Estar aquí para mí ya es un premio», explicaba en la alfombra roja el centrocampista de 28 años del Manchester City. En unos años en el que nuestro país ha tenido grandísimos futbolistas, incluida la mejor generación de la historia del fútbol nacional, la que ganó Eurocopa, Mundial y Eurocopa. Sin embargo, ninguno de ellos se llevó este reconocimiento en tiempos en los que Cristiano Ronaldo y Messi se alternaban los galardones. Tuvo que llegar Rodri Hernández para premier al gran trabajo que se lleva tiempo realizando en nuestras tierras, el mejor mensaje posible para los jóvenes futbolistas españoles que sueñan con alzarlo algún día y que vienen pisando fuerte (Lamine Yamal, Nico Williams, Pedri…)