El argentino ha disputado hoy su último partido profesional en Milán tras 30 años de carrera en los que ha sido 16 temporadas número 1 del mundo
El día que mucho pensaban que no llegaría jamás ya está aquí. Fernando Belasteguín ha disputado su último partido como jugador de pádel profesional. Ha sido junto al joven argentino Tino Libaak, en la ronda de octavos del Milano Premier Padel P1 cayendo derrotados por 6-3 y 6-4 ante Javi Garrido y Lucas Bergamini.
«Estoy feliz y muy pero que muy tranquilo. Más de lo que hice, no pude hacer y esa sensación es mejor que ser tantos años número 1″, comentó el protagonista de la noche en Milán tras su ‘último baile’, y agregó: «Tenemos un deporte increíble y unos jugadores que brindan espectáculo; tenemos un circuito sólido y hay que empujar para que los mejores del mundo sean vistos como estrellas. Hoy está todo consolidado y hay que trabajar para los que vienen en el futuro. El pádel que se ve hoy es el mejor pádel que se ha visto en toda la historia. Le pido a todos que trabajen para que este deporte siga creciendo y para que este espectáculo sea cada vez más lindo».
El ‘Boss‘ pone fin así a 30 años de exitosa carrera en los que, entre otras cosas, ha conquistado un total de 230 torneos en 286 finales disputadas. Unos números estratosféricos que superan toda lógica en un deportista que ha sabido reinventarse con el paso de los años y adaptarse a una evolución casi imparable en un deporte cada vez más físico. Su decisión, tomada hace más de dos años, se ha hecho realidad hoy en el Allianz Cloud de Milán.
Una trayectoria que empezó en el año 1995, cuando este joven de Pehaujó empezó en el circuito profesional argentino con apenas 15 años. Aterrizó en España a finales de siglo en busca de una oportunidad en un deporte que, ni de lejos, era lo que es a día de hoy… y ahí comenzaría la historia más grande jamás contada junto a Juan Martín Díaz. Junto a él consiguió, entre 2002 y 2014, dominar los circuitos profesionales 13 años de manera ininterrumpida ganando nada menos que 155 torneos.
Después llegarían otros tres años de reinado junto a Pablo Lima, rival durante muchos años en la pelea por el trono del pádel mundial. Con el brasileño tocó el cielo por última vez, pero el destino le tenía reservados algunos hitos más. Se llevó dos torneo con Willy Lahoz cuando éste tenía 44 años antes de empezar con el de Porto Alegre, compartió pista -y ganó- con Sanyo Gutiérrez, ejerció de maestro -y ganó- con los dos actuales números 1 a quienes dobla en edad, Agustín Tapia y Arturo Coello, y peleó cada pelota como si fuera la última hasta el día de hoy con sus últimos compañeros de baile: Mike Yanguas, Lucho Capra, Juan Tello y Tino Libaak.
De Pehuajó al mundo, con parón ‘a lo Jordan’
Belasteguín descubrió este deporte en su país natal. Apadrinado por Roberto Díaz -padre de los exjugadores profesionales Godo y Mati Díaz-, comenzó a formarse en su escuela de Buenos Aires, CEPAC, y a los 15 años ya entró en el circuito profesional junto a Mati. «Era difícil, sobre todo para mis padres, por los viajes en los que teníamos que asumir la mayoría de los costes. Esto ha cambiado mucho. ¡Hasta llegué a vender palas de un patrocinador por las gradas para poder pagarme la comida en un torneo que jugamos en Brasil! ¿Cómo iba a pensar en vivir del pádel si a duras penas tenía para pagar los desplazamientos y comer allí?«, contaba Bela a este diario en 2020. Poco a poco, él y Mati crecieron entre los mejores jugadores del país y siendo unos adolescentes ya sintieron de primera mano lo que era ser profesional.
A pesar de que casi todo iba rodado, las dudas asolaron al que, a la postre, sería 16 años rey del pádel mundial. Hizo un ‘Michael Jordan’ en 1999 dejando la pala y poniéndose las botas de fútbol, por sorprendente que parezca. «Estaba cansado, era un esfuerzo muy grande para mí y para mis padres, ya me había llegado a sentir profesional y quería seguir con mis estudios de Económicas y volver al fútbol. Por mis venas corre sangre futbolera, era un defensa tosco, rudo, y seguramente no fuese profesional jamás, pero jugar en el equipo de mi pueblo era lo máximo y yo sólo quería pasármelo bien», contaba el ‘Boss‘.
Sin embargo, la llamada de uno de los mejores jugadores de la época y de siempre, Roby Gattiker, para emprender una nueva aventura por España, hizo que este descanso sólo durase cinco meses. Lo que vino después con Juan Martín, es historia.
Una figura para la eternidad
Bela dice adiós consolidado como una de las figuras más relevantes del deporte profesional en el siglo XXI, habiendo conseguido además 6 mundiales absolutos (y dos por pareja), 11 Olimpias de Plata como mejor deportista argentino en su disciplina y como gran ‘embajador’ de una disciplina que ha experimentado un crecimiento sobresaliente en los últimos años. Y es que la carrera de Bela va muy ligada a la de un deporte que empezó jugándose en pequeños clubes de Argentina y España y que ha acabado haciéndolo en recintos icónicos abarrotados como la Philippe Chatrier de Roland Garros, el Palau Sant Jordi de Barcelona o el Foro Itálico de Roma.
En el Tour Finals de Barcelona, que cerrará la temporada de Premier Padel (19 al 22 de diciembre), Bela se despedirá definitivamente en su ciudad de adopción con un homenaje a la altura de su figura en el Palau Sant Jordi, donde podrá deleitar a los aficionados sobre la pista junto a otras leyendas del pádel que fueron rivales y compañeros como Juan Martín Díaz, Pablo Lima, Gaby Reca o Seba Nerone.