Braithwaite silencia los pitos y desata la locura
El danés marcó en el minuto 2, cuando el Stage Front Stadium era una olla a presión, e hizo enloquecer a la grada con el tanto de la victoria en el descuento
El Espanyol ganó y mejoró su imagen respecto al desastre del encuentro contra el Eldense, pero le tocó sufrir. Un nombre propio, en del Braithwaite.
Gracias al danés, volvió la tranquilidad al estadio y, además, permite a Ramis seguir en el cargo. El Levante, por su parte, puso fin a siete partidos sin perder. Eso sí, el tanto de penalti de los periquitos por manos llegó precedido de una jugada polémica por otro posible penalti de Keita, que el colegiado no decretó.
El ambiente en el Stage Front Stadium era una olla a presión. Los seguidores ya pidieron la dimisión de la directiva desde el minuto 1, increparon a los jugadores, al cuerpo técnico y al presidente, Chen Yansheng.
Pero Braithwaite cambió rápidamente el sentir de la grada con un tanto en el minuto dos a la salida de un córner. Lo celebró con su tradicional baile y tocándose el escudo. Pese al marcador en contra, el Levante apretaba la meta de Pacheco. La zaga periquita se mutiplicaba. Cabe destacar un remate fuera de Bouldini.
Antes de la media hora, Dani Gómez volvió a enviar otro remate fuera, pero el peligro rondaba la portería catalana. El atacante buscaba con insistencia el gol.
Y es que, tras el 1-0, los periquitos cedieron el balón a su rival y no pisaban con claridad el área del Levante. Los locales estaban jugando con intensidad, pero también con algunas imprecisiones.
La segunda mitad arrancó con el mismo guion. En el minuto 53, los catalanes estuvieron cerca de aprovechar un regalo de la defensa del Levante, pero el disparo de Sadik se fue a córner. Volvía el Espanyol a incomodar la portería rival. Braithwaite, en el 56, impactó un buen cabezazo que sacó Andrés Fernández.
Partido loco y roto
Pero fue el Levante el que marcó. También a balón parado, en el 58, Dela, empató a la salida del córner. No tardó en llegar la reacción de los periquitos por medio de Jofre y de Pere Milla. Pero el Levante también creía en la victoria y daba la sensación de que el encuentro podía caer de cualquier lado.
El partido estaba totalmente roto y era un ir y venir a ambas áreas. Muy abierto. No se movía nadie de los asientos. El cambio de Aguado no gustó a la afición periquita, que volvió a pedir la salida de Ramis. Y ya en tiempo de descuento, llegó el momento de más tensión.
Los visitantes reclamaron una pena máxima por unas posibles manos de Keita, pero el colegiado no lo señaló y, a las jugada siguiente, castigó con penalti unas manos de Álex Muñoz. Braithwaite pidió el balón. El danés marcó y desató la locura en el Stage Front Stadium.