El canterano destroza en el tramo final al Real Madrid, que se estrelló cinco veces con el poste
Si el Clásico de verano es un preludio de lo que Real Madrid y Barcelona ofrecerán a lo largo de la temporada, hay motivos para la sonrisa. El partido de Dallas entre los dos gigantes del fútbol español fue un partidazo, un duelo bien jugado por los dos de Xavi y Ancelotti y que de amistoso no tuvo nada. Se protestaron hasta los saques de banda.
Venció el Barça, que tuvo más pegada que el Madrid. Dembélé, Fermín y Ferran hicieron los tres goles en la noche en la que Vinicius se estrelló tres veces con el larguero. El cuarto y el quinto remate a la madera por parte del Madrid fueron de Carvala y Tchouaméni, para firmar una noche aciaga de cara a puerta tras 28 remates. Resultado demasiado severo que abrirá un debate con Mbappé en el horizonte.
Un golazo de Dembélé tras una buena jugada de estrategia bien llevada por Pedri puso en ventaja al Barcelona a los 15 minutos. El tanto hacía justicia al buen arranque del Barça, que a los mandos de De Jong logró romper el poderoso centro del campo del Real Madrid. A los tres minutos ya tuvo la opción de ponerse por delante, pero el violento remate de Oriol Romeu se estrelló contra el larguero. Dominaba el Barça todos los registros del juego, con Pedri y Gündogan enlazando con Lewandowski y, sobre todo, con Dembélé, el futbolista más desequilibrante del conjunto azulgrana. Reza el Barça para que lo del PSG sea un farol porque si no va a tener un problema.
El Clásico de verano fue toda una declaración de intenciones de Xavi y Ancelotti. Los dos pusieron sobre el verde el que a priori va a ser su once de gala a lo largo de la temporada. Habrá retoques, obvio, y los estados de forma marcarán muchas alineaciones a lo largo del curso, pero este primera alineación sirve para hacer algunas lecturas. Sobre todo en el Real Madrid, donde se puede ver que Bellingham es la piedra angular en el centro del campo, Camavinga un jugador intocable y Kroos y Modric dos maestros que van a ver cómo se reducen sus minutos. En el Barça, sin Busquets, De Jong es el jefe del centro del campo y Oriol Romeu tiene pinta de que va a ser más fichaje de lo que la gente cree.
La reacción del Real Madrid
El Madrid se levantó al cuarto de hora y sometió al Barça durante 30 minutos en los que los de Xavi hicieron un ejercicio defensivo sobresaliente. Igualito que el curso pasado. Rozó el empate el Madrid con cuatro ocasiones clarísimas, lo que abrirá de nuevo el debate sobre la pegada y la obligación o no de fichar a Mbappé. En un equipo que juega muy bien al fútbol y con una intensidad altísima, la sensación es que tras la marcha de Benzema le faltan 40 goles. Vinicius, aún en modo adaptación a su nueva posición, más por dentro, se estrelló dos veces con el larguero, una desde el punto de penalti. Rodrygo, por su parte, se topó con Ter Stegen, una tras un lanzamiento de falta y otra tras una buena acción coral del Madrid. Carvajal también rozó el gol en una carambola y Bellingham, desde segunda línea, también llevó peligro. Pero el Madrid se fue al descanso en desventaja.
Y pudo ser peor, porque el Barça a la contra también creó peligro. Ahí emergió Courtois para hacer un paradón a Dembélé en el mano a mano tras una acción en la que quedó retratado Mendy. El lateral francés del Madrid tiene dos problemas. El primero, su rendimiento. El segundo, Fran García. Para colmo, se fue lesionado, como casi siempre. No fue la única lesión, por cierto. En el Barça, Christensen y Gündogan se fueron antes de un tiempo de un Clásico que físicamente pasó factura. Porque la intensidad fue máxima. Tres tarjetas tuvo que sacar Allen Chapman en los primeros 45 minutos, a Tchouaméni, Camavinga y De Jong. Lo dicho, nadie se guardó nada.
Apareció San Fermín
La segunda parte empezó como la primera, con el Barça dominando. No le sentó bien el parón al Madrid, que tardó en encontrar la pelota. Lo hizo a partir de una ocasión de Tchouaméni, que mandó un obús al larguero, el tercero del Madrid. A partir de ese minuto, y con la entrada de Kroos y Modric, el equipo blanco creció e igualó las fuerzas con el conjunto azulgrana.
Mientras que en el Barça era De Jong el que lanzaba los ataques de su equipo, el Madrid rompía gracias a Rodrygo, en constante búsqueda de Vinicius, fallón de cara a puerta. Se estrellaría otra vez con el larguero, para firmar un hta-trick de remates a la madera.
A falta de 17 minutos, Ancelotti activó el plan B, que este año tiene un nombre claro:Joselu Mato. Se fue Bellingham, más apagado que en los primeros partidos, y el Real Madrid volvió a su clásico 4-3-3 en busca del gol que le diera el empate. Xavi, por su parte, retiró a su maquinaria pesada del campo y quitó a cinco jugadores de golpe. Fermín y Sergi Roberto se hicieron con el centro del campo y contra todo pronóstico, reventaron el partido. El mérito fue del canterano, cuya irrupción en Dallas jamás olvidarán los culés.
En el 84′ puso el 2-0 con un golazo por la escuadra y en el 91′ dio un gran pase a Ferran para el 3-0. Siete minutos mágicos para dejar noqueado al Real Madrid, que no estuvo mal en el juego, pero que se encontró con un problema que tiene una solución de 230 millones de euros.