Puesto en cuestión por el aluvión de fichajes y su gris temporada de estreno, Ousmane Dembélé disipó dudas en Tánger, con ambiente favorable. Aclamado por la afición marroquí, segundo en las preferencias tras Messi, justificó su valor con un buen partido generando problemas a la zaga rival y un golazo a la escuadra. Su calidad en el golpeo marcó la diferencia ante un Sevilla que falló con el estoque. Ni Vázquez primero -cabezazo al larguero- ni Ben Yedder al final, que desperdició un penalti en el 90′, resolvieron las buenas opciones hispalenses.
Antes de cumplirse los 10 minutos ya había entrado en acción el VAR para mostrar su valía.Costará un tiempo a los linieres medir el tempo para levantar el banderín, pero la jugada fue rápida y la apertura de Muriel, tras una pérdida azulgrana en el sector izquierdo, cogió a Sarabia muy solo. El medio cruzó con finura de zurda, y cuando gritaba el gol vio el trapo al aire. El árbitro de VAR revisó el video de la jugada , comprobó que no había fuera de juego y evitó la injusticia. La primera de esta nueva Liga.
Fue la primera salida vertiginosa de este nuevo Sevilla, agazapado de inicio y superado en el costado derecho por el empeño de Dembélé en meterse al interior y abrir pasto para Alba. Si alguien preguntó durante el Mundial qué echaba en falta Messi conArgentina, una explicación lógica es ese 18 que tira desmarques profundos en cuanto Leo se perfila para el pase. Las llegadas de Jordi obligaron a emplearse a Kjaer en el cruce, incluso con el pecho a ras de suelo. Semedo pidió penalti.No hubo caso.
Tiene el Sevilla un perfil competitivo distinto a los últimos años. Más parecido a la época de Caparrós.Sin balón, cinco atrás, con los carrileros replegados.Su trabajo es clave para transformar esa precaución en vértigo cuando se recupera la pelota.El mejor ejemplo es Jesús Navas, inmenso en el despliegue desde que se despreocupó de Dembélé para taponar las incursiones de Alba.
También conviene reconocer que se notó la ventaja en preparación que tienen los hispalenses, por culpa de la Europa League.Lo acusó especialmente Luis Suárez, que encontró dos balones espléndidos en el primer tiempo para girarse y rematar solo. El primero lo entregó a las manos de Vaclik, muy seguro.El segundo lo cruzó por centímetros.
A quien no se vio corto de preparación fue a Leo Messi, cómodo con el brazalete de capitán ajustado al brazo derecho. Entre líneas disfrutó dando juego, y a balón parado agradece más una falta directa que un penalti.Aprovechó una de Banega sobre Arthur, en la frontal, para empatar la final. Buscó el poste, lo encontró, tocó en la espalda del meta, volvió al palo y el rebote quedó para Piqué, que tiene instinto de goleador. Celebró así su decisión de centrarse. Sólo Barça.
Valverde corrigió en el descanso. Apostó por Rafinha de salida, premio por su buena pretemporada, pero Alcántara entró poco en dinámica en el lado derecho. Así que el técnico recurrió a Rakitic pese a su escaso rodaje. El croata asentó la medular y aumentó la seguridad azulgrana con la pelota. Y desde ahí crecieron todos, especialmente Dembélé, más libre para entrar por las dos bandas.
El Sevilla depositó todos sus triunfos en una contra ganadora. Menguó Sarabia, agotado tras tanta carrera para taponar líneas de pase. Pudo sacar el boleto premiado porque sus hombres tienen calidad y temple. Tras una contra llegó un córner que Vázquez cabeceó al larguero. El Mudo también tuvo una buena opción en un zurdazo desde la frontal. Falló lo que no desperdició Dembélé. Después de dos paradas excelentes de Vaclik a bocajarro, no adivinó el disparo lejano del francés. Los cambios de Machín buscaron enmendar la papeleta. Arriesgó retirando a Mercado para meter a Ben Yedder. A punto estuvo de salirle bien. En una colada de Aleix Vidal cayó derribado por Ter Stegen y el colegiado pitó penalti, en el último minuto. El delantero francés asumió la responsabilidad, tiró a la derecha y el meta detuvo con comodidad, cerrando el partido y asegurando el título azulgrana. El primero que levanta Messi como capitán.