A la tercera fue la vencida… el Girona regresa a Primera
Los blanquirrojos ascienden a la máxima categoría por segunda vez en sus 92 años de historia
Al fin, el Girona aprovechó la vía de los ‘playoffs’ para subir a Primera por segunda vez en sus 92 años de historia, primera en una promoción de ascenso. Los gerundenses tenían que vencer en el Heliodoro Rodríguez López y lo hicieron para tocar la gloria otra vez, como ya lo lograron en la campaña 2016-17, cuando de la mano de Pablo Machín plantaron sus pies por primera vez en la máxima categoría.
Eso sí, el camino del Girona ha sido largo y costoso pero, gracias a su tozudez, los catalanes supieron picar piedra para dejar atrás un mal inicio, escalar posiciones y clasificarse para sus sextos ‘playoffs’. Y a la sexta intentona fue la vencida, en su quinta final… tercera consecutiva. Alguna vez tenía que salir cara.
ARRANQUE DUBITATIVO
De nuevo después de un golpe duro como es el de caer en una final de los ‘playoffs’ en su casa y pese a tener un resultado favorable de la ida, el Girona empezó a remolque la temporada. La planificación fue a contrarreloj, con más penurias económicas si cabe y un limite salarial más recortado todavía por culpa de las pérdidas debido a la Covid-19 y el exceso de su masa salarial del curso anterior. La apuesta inicial, pero, fue clara y Míchel Sánchez tomó el relevo de Francisco Rodríguez para darle su estilo y filosofía al equipo. Pero costó. Costó mucho y los blanquirrojos ocuparon puestos de descenso después de la jornada 12.
Para su suerte, en las 30 jornadas posteriores sólo el Valladolid, segundo en la clasificación final y uno de los equipos que consiguió el ascenso directo, sumó más puntos que el Girona (62 a 56). Míchel adaptó su estilo al sistema fetiche del club en los últimos años y gracias a la solidez del 1-3-4-2-1, con matices y cambios puntuales, la plantilla resurgió.
EL OLFATO DE STUANI
También el olfato de Stuani tuvo un papel fundamental, o fases de la competición en la cual la pareja de mediapuntas formada por Álex Baena y Samu Saiz hizo estragos entre los rivales. Incluso, el entorno de la entidad catalana soñó con dar guerra a los equipos más consolidados en la lucha por el ascenso directo, pero solo una mala racha a domicilio acabó con el objetivo más ambicioso, y casi con el objetivo primordial ya que el Girona pidió la hora en la última jornada contra el Burgos para certificar sus sextos ‘playoffs’.
Así quedó el Trofeo Pichichi de la categoría…
La promoción no empezó bien y el Eibar dio un buen golpe a los de Míchel en la ida, pero estos volvieron a levantarse por enésima vez para remontar en Ipurua. Así, el Tenerife ha sido la segunda y definitiva víctima blanquirroja, que de nuevo a domicilio alzó la voz pidiendo paso hacía la Primera.
POR FIN, EN LOS ‘PLAYOFFS’
A la tercera consecutiva fue la vencida, desde el descenso a Primera la temporada 2018-19, pero a la sexta también. Esos son los intentos que llevaba el Girona para ascender por la vía de los ‘playoffs’ y en el Heliodoro terminó con su pesadilla, en la quinta final, y a domicilio, lejos de la presión y los fantasmas que rodeaban Montilivi cuando su equipo se jugaba en un cara o cruz ascender a la élite. Y es que la historia del Girona con los ‘playoffs’ se remonta al curso 2012-13, cuando el equipo dirigido por entonces por Rubi entró en su primera promoción y llegó a la final para perder contra el Almería.
El club montó una rúa de celebración para agradecer a sus jugadores permitirles soñar con algo muy grande, un escenario que poco a poco se fueron creyendo gracias, en parte, a la llegada del City Group al club. Después de sufrir por mantener la categoría, el aterrizaje de un desconocido Machín acabó de cambiar el chip. Con el de Gómara se hicieron dos ‘playoffs’ consecutivos, uno doloroso después de perder el ascenso directo en el último minuto de liga frente al Lugo y otro, viniendo de abajo a arriba, hasta conseguir el ansiado ascenso, por la vía directa, la campaña 2016-17.
Adiós al gafe de Montilivi
Después de dos años en Primera, los gerundenses mostraron su carácter más tozudo para volver entre los más grandes. En estas últimas tres temporadas han sumado tres participaciones más en los ‘playoffs’, las dos primeras dolorosas como las anteriores. El Girona ha llegado a la final en todas ellas dejando al Almería en la cuneta en ambas semifinales, pero topando con el dichoso muro de la final con la vuelta en Montilivi.
Ni con el estadio vacío por la pandemia contra el Elche, ni con 1.500 espectadores por culpa de las restricciones ante el Rayo Vallecano se pudo celebrar absolutamente nada. En esta última, por fin, los catalanes se quitaron la espina y sonrieron.
El sueño de los Gasol en Girona es de ACB y alarga el infierno de Estudiantes
El equipo catalán acompañará a Covirán Granada en la máxima categoría del baloncesto nacional
«El objetivo es subir y construir un proyecto sostenible», dijo Pau Gasol a MARCA semanas antes de la Final Four de la LEB Oro. Bàsquet Girona buscaba que el sueño de los dos hermanos que han definido la historia del baloncesto español fuese de ACB. Y lo es. Claro que lo es. Con un partido durísimo (60-66), ante el gran favorito al ascenso cuando iniciaba la temporada, Movistar Estudiantes, pero sobreviviendo porque Marc Gasol fue omnipresente y Maxi Fjellerup mostró que en ataque los magos determinan los partidos con su habilidad.
Girona hizo valer su repleto Fontajau y condenó a un Estudiantes al que no le bastó solo un cuarto. Porque terminaron fuertes tras iniciar llenos de fallos. No es suficiente, el infierno seguirá teniéndoles en nómina tras no cumplir en fase regular y no poder dominar en ningún momento la final. Volverán en algún momento al lugar que les pertenece, pero para ello deben dominar estos partidos.
Fjelerrup, mago de salida
Era una final y eso dicta mucho de lo que es el partido. Especialmente en su inicio, que pese a la experiencia y veteranía se suceden los fallos. Fue la dinámica del choque en Fontajau, a excepción de todo lo que ofrecía uno de los virtuosos, Maxi Fjellerup. El jugador de Tres Arroyos salió determinando con siete puntos (un triple) de los primeros nueve. Estudiantes, a remolque. Pero el conjunto colegial no se desesperaba y trabajaba con un rebote ofensivo inspirado.
De hecho, dos triples de Faggiano y Urtasun les daban su primer liderato en el partido (13-12). Pero Girona hacía cambios y reiniciaba. Fjellerup se sentaba sorpresivamente y Sabat cogía la varita. Fue clave, con cuatro puntos en ataques pausados y largos. A ello, añadían defensa y un desastre absoluto de Estudiantes desde la línea de tres (14-22).
Otra vez a remolque los colegiales, pero otra reacción. Con Adams Sola en la batuta y sus entradas en contacto marca de la casa como arma. Imparable para ponerse a dos. Girona viendo el peligro apretó. Tenían algo más, y desde fuera mucho se gana. Fue Vecgamars con dos triplazos el que les dio la tranquilidad (20-28). Pero no bastó, porque Estudiantes se agarró a sus habituales en todo el año: Kevin Larsen y Johnny Dee. Abrieron el campo, sacaron de la zona a Marc Gasol y Jawara, y llegaron al descanso con vida. Solo cuatro de diferencia (30-34).
Estudiantes busca la reacción
Pero no es una forma de jugar del todo buena. Hacer la goma, ir a remolque… Es vivir en el filo de la navaja. Y cuando en el otro lado de la cancha tienes a magos como Fjellerup o Gasol no es muy recomendable. Estudiantes colapsó y en el tercer cuarto sumó más pérdidas que asistencias. Además, su tiro exterior hizo aguas. Girona consiguió que Gasol pasase por encima de Djurisic, forzase faltas y en defensa pusiese un tapón a Beirán. Por su parte, el argentino sacó su tiro exterior. Ocho puntos para abrir diferencias de más de 10 puntos. Se iban (47-58).
La dinámica del partido estaba clara. Estudiantes, sin cambio de ritmo y a remolque. Pero su corazón existía. Y así entraron en el último cuarto. Desapareció Fjellerup, se hundió Vecvagars y solo Gasol estuvo presente en las dos canastas catalanas. Beirán anotó dos triples y puso cuatro de diferencia (56-60) a falta de 4′. Obligó a la inspiración de Gasol, que taponó a Dee y cuando Faggiano colocó el dos de diferencia (58-60) intimidó al organizador argentino
Marc Gasol, MVP, sonreía. Pau bajaba a pista y también mostraba su alegría. El proyecto de los dos hermanos más influyentes en la historia del baloncesto español daba un paso de gigante. Girona, ACB. A costa de otro histórico, un Estudiantes que seguirá en el infierno. Las cosas que tiene el deporte.