El Celta estaba siendo mejor y ganaba 0-2 a falta de 10 minutos, pero el Barça tuvo una increíble reacción final que le llevó a marcar tres goles en sólo ocho minutos
El Barça logró una victoria que parecía imposible cuando perdía 0-2 a falta de 10 minutos. El Celta fue mejor durante 82 minutos, pero los azulgranas tuvieron una gran reacción final que le llevó a meter tres goles en ocho minutos. Una reacción en la que tiene mucho que ver Xavi, que se la jugó con muchos cambios ofensivos y acertó. Xavi creyó y el equipo le siguió con la aparición final, de nuevo, de los dos Joaos, que estaban muy apagados hasta entonces. El Celta hizo un partidazo, estuvo a punto de aguarle la fiesta de renovación a Xavi, pero se va de vacío y no se lo deben creer en Vigo. Se le escapó un partido que pudo haber sentenciado antes, cuando al Barça le costaba llegar y había perdido a De Jong por un esguince de tobillo, pero entre Ter Stegen y la mala suerte no lo consiguieron.
La primera parte del Celta fue perfecta. El 5-3-2 de Rafa Benítez fue ejecutado a la perfección por sus jugadores. De primeras parecía un sistema eminentemente defensivo, pero los vigueses no descuidaron para nada el ataque y tanto Aspas como Larsen fueron una pesadilla para la defensa culé. Larsen adelantó a los suyos a los 20 minutos con un buen tiro cruzado a pase de De la Torre. Un gol que les dio mucha confianza. El Barça no veía huecos por las bandas y estaba siendo un equipo inofensivo ante un Iván Villar que no se podía creer que tuviera tan poco trabajo. La primera llegada de los de Xavi fue un remate muy alto de Joao Félix. Mientras tanto, el Celta tuvo tres buenas oportunidades al margen del gol de Larsen. Un remate colocado de Aspas que desvió Ter Stegen a córner, después fue Oriol Romeu quien se jugó el físico para evitar un remate franco de Luca de la Torre y Ter Stegen también apareció tras un buen cabezazo de Larsen en una doble ocasión que acabó con un remate alto de De la Torre con todo a su favor para el 0-2. Y tuvo otras dos contras peligrosas que no llegaron a buen puerto porque tanto Christensen como Gavi las frenaron de forma abrupta y vieron amarilla por ello.
Xavi intentó reaccionar en el descanso y dio entrada a Araujo y Lamine Yamal por Oriol Romeu y Marcos Alonso. Estos cambios provocaron que el Barça jugara con tres centrales adelantando la posición de Joao Cancelo al centro del campo. El Celta siguió fiel al buen trabajo de la primera parte y suyas fueron las dos primeras llegadas a cargo de Aspas y Mingueza. El riesgo en defensa planteado por Xavi buscando la remontada tenías sus riesgos ante las contras gallegas. La primera ocasión decente del Barça llegó en el minuto 56 tras un misil de Araujo desde fuera del área que repelió Iván Villar con algún apuro.
A falta de media hora Xavi sacó a Balde por Christensen y Ferran rozó el empate tras un mal pase de Ristic, pero su remate cruzado se fue fuera por poco. Los últimos 20 minutos fueron de ida y vuelta. Que el partido acabara 0-1 ni se cotizaba. Ter Stegen evitó el 0-2 tras un remate de Bamba. Xavi sacó también a Raphinha por lo que su equipo no podía ser más ofensivo. Pero lo que pasó en principio fue que el Celta dobló su ventaja tras una gran jugada de equipo al más puro estilo Barça. Robaron un balón a Balde en ataque y sacando el balón jugado desde su área lo condujeron con maestría hasta que Douvikas marcó su primer gol en LaLiga tras un pase final de Aspas.
Aparecen los ‘Joaos’
Pero ni un 0-2 a falta de 10 minutos es para estar tranquilo cuando te mides al Barça en su estadio. Joao Félix, bastante apagado durante el partido, se inventó un gran pase hacia Lewandowski para que el polaco batiera a Iván Villar en un remate por alto. Les costo 81 romper la muralla celeste, pero ese gol le cambió la cara al Barça… y al Celta. Los de Xavi se fueron con todo a por el empate ante un Celta al que le empezaron a temblar las piernas. El 2-2 llegó a los 85 minutos tras un buen pase Joao Cancelo a Lewandowski para que el killer azulgrana empatara. No se conformaban con el punto y en el 89 un medido centro de Gavi lo remató Joao Cancelo adelantándose a Carlos Domínguez. Los Joaos volvieron a ser decisivos en ocho minutos de locura culé. El Celta, que no se lo podía ni creer, aún así tuvo el 3-3 en el añadido con un disparo de Mingueza que rozó el poste. Victoria loca de un Barcelona que creyó hasta el final ante un Celta que no se lo creía. Y con razón.
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