El Barcelona llegaba al enfrentamiento frente al equipo suizo del Young Boys con las primeras urgencias de la temporada.
Había que ganar sí o sí. En primer lugar para no sumar un segundo mal resultado después de la derrota de la primera jornada en Mónaco. Y en segundo término, para recuperarse de la derrota del pasado fin de semana frente a un Osasuna que le metió cuatro goles. Así que Flick se dejó de pruebas, de rotaciones, sentó a los niños y dispuso su mejor equipo en Montjuïc.
La tarea fue más fácil de lo esperado. De hecho, fue un paseo en toda la regla. Es cierto que los suizos se atrincheraron en su campo. Los once, prácticamente en su área. El tópico de poner el autobús nunca fue más válido. Así que a los azulgranas les tocó tarea de acoso y derribo desde el minuto uno. No esperó mucho. A los ocho minutos en la primera jugada en la que el Barça imprimió velocidad al balón cayó el primero. Ferran a Lamine, este a Raphinha y el brasileño asistiendo a Lewandowski. Todo al primer toque. Los jóvenes chicos rivales ni la vieron.
El gol dio la tranquilidad necesaria para que no viniera ningún fantasma. Por el abrumador dominio de los azulgranas y por la inocencia del rival. El que vaya penúltimo en la Liga suiza no es ninguna casualidad. El Barcelona siguió con su plan. Sin prisa pero sin pausa y con un Raphinha que está en un momento de forma estelar. Y cuando no era el brasileño aparecía Lamine Yamal con sus diabluras lo que provocó que se llevara algún palo más de la cuenta.
Y casi sin darse cuenta, llegó el segundo de Raphinha de oportunista y poco después el tercero de un Íñigo Martínez que marcó a la salida de un corner su primer gol con la elástica azulgrana. La faena ya estaba hecha, ahora solamente quedaba saber hasta donde llegaría el marcador. Ya se sabe que en este formato de Champions los goles son muy importantes para posibles desempates.
La segunda mitad, que comenzó con un nuevo gol de un Lewandowski que golea tanto en Europa como en LaLiga, sirvió para que Flick pudiera dar entrada a los no habituales. Uno de ellos fue Ansu Fati que volvió a jugar delante su afición y lo hizo en una posición no habitual, en el centro del campo haciendo de Pedri.
El partido fue decayendo. El resultado y los cambios hicieron que el Barcelona perdiera llegada y que incluso los suizos se abrieran y buscaran el gol aunque sin éxito. Regresó después de cinco meses Frenkie de Jong que fue recibido con una gran ovación.