Pekín vuelve a estar en alerta. El brote detectado en el mercado de mariscos y pescados Xinfadi, en el distrito de Fengtai, ha provocado la cuarentena inmediata de varios complejos residenciales hasta encerrar a 90.000 habitantes de la urbe china. No se descarta que se amplíe el perímetro de seguridad en las próximas horas, ya que los 49 nuevos positivos podrían multiplicarse rápidamente al realizarse pruebas masivas en el entorno del centro comercial.
Llama la atención también el despido de varios funcionarios de salud que alertaron sobre la posibilidad elevada de que se extienda la epidemia. Pekín llevaba 55 días (ni más ni menos) sin registrar más casos que los importados desde el extranjero, pero en los últimos cuatro días reporta 79 casos, todos ellos vinculados de manera directa o secundaria al mercado Xinfadi.
El temor de las autoridades chinas es que el virus se expanda, y por eso varias ciudades han instado a sus habitantes a no viajar a la capital. En los complejos residenciales se han restablecido los controles de seguridad y se han vuelto a cerrar los colegios, reanudando los controles de temperatura en centros comerciales y lugares públicos. En rueda de prensa, el portavoz del gobierno de la ciudad, Xu Ying, confirmó que 100.000 trabajadores comunitarios «están ya en el campo de batalla para combatir la epidemia».