El Madrid salió goleado de París, empequeñecido en su estreno europeo, incapaz siquiera de probar a Keylor Navas, imbatido en su portería, acribillado Courtois. No funcionó ninguna línea en los blancos, blandos atrás, desaparecidos en la medular, inofensivos arriba. El PSG vivió una noche histórica… sin la MCN.
No son excusas las bajas cuando enfrente no estaban Neymar, Mbappé y Cavani, aunque faltaran Ramos, Marcelo, Modric, Asensio e Isco. El once que presentó el Madrid en París podía perfectamente competirle al PSG, pero los blancos fueron un equipo triste, jugando a trompicones, sin la personalidad con la que se paseaba por Europa hasta la pasada temporada. Fueron tres como pudieron ser cuatro, cinco o seis, sin que dejara la sensación siquiera de que pudo empatar el partido. Es septiembre y hay tiempo, cómo no, pero lo peor de todo es que se veía venir. Fue la noche de Di María, pero también la de Verratti y Gueye, dos centrocampistas, que es lo que más necesita un equipo cuya planificación ha desnudado la medular.
Pinchó la BBH en su estreno, casi inédita ante el marco de Keylor Navas. El nuevo tridente blanco duró 70′ hasta que Zidane suplió a Hazard por Jovic, disminuido el belga tras haber salido de lesión. De mejor a peor, Bale, Hazard y Benzema. El galés exigió a Navas con remates que se fueron por poco, excepción hecha del golazo que metió anulado por el VAR. Hazard también tuvo su remate, pero se perdió en conducciones, desenfocado y bien defendido. De Karim apenas hubo noticias hasta los instantes finales, rozando el gol en dos ocasiones,la primera lo metió pero fue anulado por culpa de Lucas Vázquez, la segunda con un remate desviado, muy por debajo de lo que venía ofreciendo.
Ángel Di María se fue del Madrid cuando rompió en jugadorazo, tras ser el mejor en la final de Lisboa, envidioso del trato del club a Bale, retador incluso con Florentino. El Madrid, sabedor de su nivel, le puso una cláusula anti Barça. No encontró ‘acomodo’ en Mánchester y acabó en París, donde a sus 31 años sigue siendo un jugador determinante. Volvió el Barcelona a por él, pero, como le suele pasar al club azulgrana, no logró sacarlo del PSG. Allí le siguen disfrutando, como en esta noche, en la que El Fideo rompió al Madrid, prolongando la maldición de los ex, con un doblete (perdonó el hat-trick con una vaselina), cañitos, pases y velocidad para desarmar al Madrid. Seguramente tenía sus ganas de demostrar ante los blancos lo que dejaron escapar, aunque fuera con una buena venta.
No tuvieron Varane y Militao un buen estreno como pareja titular. Y eso que enfrente no estaban ni Neymar, ni Mbappé ni Cavani. Incapaces de sacar el balón limpio, regalándolo en múltiples ocasiones, también flaquearon a la hora de cerrarse, como en el 1-0. Echó de menos el equipo a Sergio Ramos. Atención al dato: En sus últimas cuatro ausencias en Champions, cinco derrotas blancas (Juventus, dos contra el CSKA, Ajax y PSG).
Courtois no sujetó esta vez al Madrid como en Vigo o frente al Levante. El escenario de la Champions siempre exige la mejor versión de sus jugadores, bien lo sabe precisamente Keylor Navas. Si el tico cerró su portería, el belga cedió dos goles en la primera mitad, seguramente parables, sobre todo el primero. A Thibaut ya no le aprieta Navas, liberado de un suplente amenazante, razón por la que la crítica será menos condescendiente.
El PSG ha encontrado en Gueye pulmón, músculo y corazón, un jugador que le da al equipo algo que no tenía. El senegalés fue una roca en el centro del campo, incansable sin balón, jugando con criterio cuando lo tenía. Omnipresente, su impacto en el partido fue indiscutible. Donde al Madrid le faltan centrocampistas, el PSG lució a Gueye, cuyo ritmo no lo aguantó ningún madridista, y a un Verratti mayúsculo