El Real Madrid ha perdido el liderato y, lo que es peor, parte de ese juego que le llevó a esa posición privilegiada y toda la fortaleza defensiva que durante dos meses le convirtió en un equipo sólido y efectivo. El primer aviso llegó con la eliminación de Copa del Rey ante la Real Sociedad, el segundo ante el Celta y el remate ante el Levante, dejando muy tocado al Real Madrid cuando entra en la semana en la que pone en juego las dos competiciones en las que sigue vivo, primero ante el City en Champions y después frente al Barcelona en Liga.
Lo peor es que el equipo de Zinedine Zidane mostró una falta de recursos alarmantes, con Vinicius como el único capaz de poner una marcha más una vez que Hazard se marchó lesionado. Pero tanto con el belga como con el brasileño sobre el césped, la falta de gol volvió a ser el denominador común del juego de los madridistas. Ocasiones, llegadas, 19 tiros, siete entre los tres palos, pero sin acierto para batir a Aitor Fernández. No es nuevo. Es un mal que el equipo blanco lleva acusando en el último año y medio.
Todo tiene como consecuencia la pérdida del liderato y un golpe a la confianza de todos los sectores del madridismo, más todavía teniendo en cuenta que Hazard se ha lesionado de nuevo y tiene pinta que se va a perder la parte decisiva de la temporada, justo la que se empieza a jugar el Real Madrid a partir del próximo miercoles. ¿Se podía haber evitado esta situación? Da la sensación que sí porque la trayectoria del equipo blanco invitaba a pensar en un cambio de tendencia y porque el eterno rival estaba peor, pero la realidad dice es que el equipo madridista, empezando por Zidane (Rodrygo el segundo máximo goleador del equipo juega el domingo con el Castilla) y terminando por Benzema y su ausencia de gol.
El equipo madridista dominó al Levante, pero tal y como ha pasado en otros partidos, cuando no llega el gol en los primeros minutos, el orden y el sentido del juego desaparece, pasando a ser los centros al área el único argumento. Ante el equipo de Paco López fueron 35. Y lo peor es que en muchas de las ocasiones, el que los tiene que rematar, el nueve, no está en el área. No es nuevo, pero ante el Levante se agudizó ante la falta de acierto.
Ahora llegan el Manchester City y el Barcelona, ese equipo que tiene un club en ebullición por detrás, que ha sufrido un cambio de entrenador, pero que llega al Clásico dos puntos por delante, cuando ni en el vestuario azulgrana imaginaban llegar así al Bernabéu en el mejor de sus sueños. Zidane y lo suyos han dado vida a un moribundo que increíblemente llega como líder al partido del domingo a las nueve de la noche.
El partido ante el Levante fue uno más y hasta incñluso pudo ganar. En la primera mitad, el equipo blanco fue muy superior, pero en el fútbol son goles y de eso no anda sobrado el Real Madrid, que además recibió la mala noticia de la lesión de Hazard y de ver como Courtois se comía el gol de Morales,dejando el liderato en el camino cuando muchos pensaban que ya no saldría del vestuario blanco, ese mismo que estaba abatido al término del partido y sin capacidad de respuesta sobre el verde.