Lo dijo Sánchez Vera en la previa: «El Barcelona tiene a lo mejor: jugadoras, entrenador y proyecto». El técnico madrileño no se equivocaba. El conjunto azulgrana conquistó su cuarta Supercopa de España -tercera de manera consecutiva- tras vencer al Levante (7-0) en el estadio de Butarque y ratifica su dominio a nivel doméstico al ganar 11 de los últimos 13 torneos nacionales.
El partido empezó vibrante y con ocasiones en ambas áreas. Primero fue Mayra quien robó la cartera a Cata en un intento de regate de la balear, pero su disparo lo sacó Engen bajo palos. Un minuto después, respondía Batlle con un disparo desde la frontal que Holmgren despejaba a córner con un vuelo acrobático. La colombiana del Levante la volvió a tener al aprovechar un pase filtrado para ganar la espalda a las centrales y su disparo cruzado se fue rozando el palo. Volvió a replicar el Barcelona con un centro al área de Bronze perfectamente rematado por Salma que obligó a una nueva estirada de la meta sueca. Y en ese intercambio de golpes, pocos equipos con tanta pegada como el azulgrana. Hansen, que ya se había dejado ver con un remate de espuela que acabó en el tejado de la portería, asistió para que Salma, esta vez sí, anotara a placer.
El gol cayó como un jarro de agua fría en el conjunto granota -vestido de celeste para la ocasión- que, aunque intentó mantener el guión, acabó reculando metros ante el empuje y mayor velocidad de balón del Barcelona. Holmgren sostuvo mientras pudo a su equipo, pero llegados al ecuador del primer acto el vendaval azulgrana se convirtió en la tormenta perfecta que desencadenó en el desenlace del duelo. Graham anotó el segundo con un disparo a bocajarro y Batlle el tercero tras una asistencia de Salma que recogió el rechace de un disparo de Bonmatí al palo.
Despertada la bestia noruega, faltaba por ver la conexión con Goldmatí, que apareció antes de llegar al descanso para levantar al público de sus asientos. Una contra dirigida por Hansen, asistencia de Aitana de tacón y toque sutil de la nórdica para anotar el cuarto de la noche. Aún hubo tiempo para un gol local más, en el tiempo de añadido, que llevó la firma de Salma que apenas tuvo que empujar el balón en línea de gol para hacer buena una nueva asistencia de Batlle.
La segunda parte arrancó de la misma forma que acabó la primera, con el Barcelona dominando y ejecutando. Primero fue Hansen quien anotara finalizando una gran jugada colectiva bien horneada por Guijarro y Bonmatí y poco después Aitana quien se sumaba a la lista de goleadoras definiendo con la zurda ante una salida de Holmgren.
El carrusel de cambios ayudó en ambos equipos hizo que el partido se ralentizara y el Levante cogiera oxígeno para aguantar los últimos minutos de un choque que pronto se quedó frío, como el tiempo. El reloj se acabó consumiendo sin más goles que destacar y evidenciando que este Barcelona es una máquina de triturar rivales y sumar títulos en sus vitrinas. Ya van cuatro Supercopas, 21 títulos nacionales, 23 en total… y los que quedan.