50.959 espectadores en una semifinal de Copa del Rey. La segunda peor asistencia de la temporada, la primera fue el día del partido ante el Sporting de Portugal en Champions League. A vote pronto podríamos pensar que esta baja asistencia tiene que ver con las bajas temperaturas y la lluvia que ayer asolaron Barcelona, pero cuando uno repasa los datos es cuando se da cuenta que lo de ayer fue la confirmación de una tendencia que va a más: el socio no acude al estadio.
El Camp Nou se aleja de su estampa habitual y cada vez más se parece a la imagen que presentan los estadios de beisbol o futbol americano en EEUU con aficionados eventuales que compran su entrada un día y no vuelven hasta el año que viene. El “Seient Lliure” funciona a pleno rendimiento y esto se traduce en un ambiente festivo más propio de pretemporada pero a la vez gélido, que hace que la conexión entre el equipo y la afición sea nula.
Valverde ayer en rueda de prensa ya expresó que realmente “no sabe como atraer a más gente al estadio” el buen juego del equipo y ver al mejor jugador de la historia en directo deberían ser suficientes, pero la afición del Barcelona cada vez llena menos el Camp Nou y la estampa empieza a ser preocupante.
Pero… ¿Dónde reside el problema? Hay quién piensa que tiene que ver con una liga ya sentenciada, otros opinan que tiene que ver con la posición política del estadio en los últimos tiempos, otros en la nueva normativa de hacer pagar a los niños y otros, simplemente lo relacionan con el aumento de los precios de las entradas.
En cualquier caso, la paradoja existe. El mejor equipo del mundo no llena su estadio. Alarmas ON