España volvió a escribir una de las páginas más emotivas y brillantes de su historia al clasificarse para la final del Mundial derrotar a Australia (95-88) en un partido agónico y que se decidió tras dos prórrogas de forma épica para los de Scariolo, inasequibles al desaliento todo el partido.

Fueron a remolque siempre desde el primer cuarto, pero nunca arrojaron la toalla y lucharon contra todas las adversidades de forma encomiable. Ni Mills (32) ni Kay (18), ni la fuerza bruta de los aussies bajo tableros (57-23 en rebotes con 20 de ataque) y ni siquiera los árbitros, con decisiones más que polémicas contra España en los finales de las prórrogas, pudieron doblegar la el ánimo de un equipo con una resistencia infinita.

Fue un triunfo coral en el que los pesos pesados de España terminaron derrumbando la fortaleza australiana con su calidad. Un Marc Gasol impresionante (33+6) con 29 puntos entre la segunda parte y las prórrogas, fue clave en el resurgir español. Como Ricky (19+7+12), siempre omnipresente tirando del carro, la defensa extraordinaria de Rudy y Claver y un Llull proverbial (17+6) con dos triples claves en la última prórroga. Lo de España fue un ejercicio de fe inquebrantable, porque aun jugando mal no se fue nunca del partido.

El inicio español fue prometedor, con Ricky y Juancho (2/2 triples) liderando el primer arreón de su equipo (11-6, min 5). Rudy maniató a Mills, pero los triples de Goulding y Dellavedova resucitaron a los aussies (11-12, min 6). Para entonces Lemanis, el seleccionador australiano, ya había sentado a Ingles, secado por Juancho y despistado en defensa con el pequeño de los Hernangómez.

Fue un castigo que sentó bien al de los Cavs, que a su vuelta, viendo que Mills no empezaba a carburar, asumió aún más protagonismo para mantener la ventaja de su equipo con otro triple (17-19, min 9). España empezaba a sufrir en ataque y sólo la irrupción de Llull con cinco puntos (triple sobre la bocina incluido), la permitió cerrar el primer acto con ventaja (22-21, min 10).

En el segundo cuarto se confirmaron los temores y a España se le hizo de noche en ataque. La salida de la segunda unidad no pudo aportar nuevas soluciones ofensivas y Mills resurgió para liderar un parcial de 2-11 que puso a Australia en órbita (24-32, min 15) en pleno desconcierto español.

Scariolo evitó que su equipo se fuese a la deriva alineando a su quinteto más fiable (Ricky, Llull, Rudy, Claver y Marc) y ordenando una defensa zonal. Fue un torniquete de emergencia para evitar que el paciente se desangrase y en principio paró la hemorragia, con Ricky y Rudy remando más que nadie (30-34, min 19).

El incontrolable Mills rompió la zona y amplió la diferencia para su equipo con un triple (30-37, min 19), abortando el conato de reacción de los españoles, que volvieron a estrellarse en ataque. Tras firmar 3/9 triples en el primer acto, perpetraron un 0/8 en el segundo. Y aún así siguieron con vida (32-37, min 20).

Tras el descanso las malas sensaciones tomaron más cuerpo aún si cabe y Mills, definitivamente desmelenado, se alió con Baynes y con Goulding para firmar el el despegue definitivo de los aussies (39-50, min 26) en pleno desconcierto español, que ya no reaccionaba ni con el quinteto de seguridad de Scariolo. Sólo Marc, que hasta entonces había mirado al aro poco y mal, vio que su equipo se marchitaba sin remedio y mantuvo sus constantes vitales con siete puntos (42-50, min 27).

A Lemanis se le fue la mano con el descanso de MIlls y España lo aprovechó para acercarse un poco más en el marcador con un triple de Llull (47–52, min 29). Una técnica a Ricky por protestar pareció dar al traste con la remontada, pero el base español transformó su indignación robando un balón, anotando una canasta y forzando una falta en ataque de Mills. Y los suyos llegaron con vida al último cuarto.

Ricky hizo un esfuerzo para intentar culminar la remontada, pero apareció el Dellavedova más generoso para que Bogut y un gran Kay consolidasen la ventaja aussie (55-63, min 34). Fue Marc con cinco puntos (triple incluido) el que mantuvo el pulso (60-67, min 30). El rebote ofensivo seguía alimentando a los australianos, pero una defensa ‘caja y uno’ con Llull sobre Mills terminó de espabilar a España (65-67, min 37).

Luego una dudosa falta de Marc en ataque, tres tiros libres de Mills tras otra no menos dudosa de Juancho en su triple y una pérdida del pívot de los Raptors parecieron marcar el signo del partido (65-70, a 2.50). Pero Ricky, Marc (9 puntos en ese cuarto) y un Rudy brutal en defensa con un robo a Mills hicieron soñar a España (69-70 a 28 segundos).

Luego Llull erró un tiro, Marc recibió falta al coger el rebote y anotó los dos tiros libres para adelantar a su equipo por primera vez desde el minuto 10 a 8,7 segundos del final (71-70). En la jugada decisiva, una dudosa falta de Claver a Mills a 4.7 del final permitió al base de los Spurs igualar el partido tras fallar el segundo tiro libre. Y Ricky estuvo a punto de embocarla desde el centro de la cancha, pero el balón se salió por poco tras rebotar en el tablero y dar en el aro.

El partido se marchó a una prórroga donde de nuevo Marc, brutal en la segunda parte al anotar 25 de sus 29 puntos, lanzó a España con cinco puntos y un triple (76-71, min 42). Pero Mills y los árbitros, señalando una falta de Ricky con un posible flopping de Mills y dejando de señalar otra a Rudy, permitieron a Australia tener el balón del partido a 16 segundos (78-78). El base de los Spurs anotó dos tiros libres (78-80 a 14 segundos del final), pero Marc igualó con otros dos y Dellavedova falló sobre la bocina para mandar el partido a la segunda prórroga.

Australia empezó a atascarse al ver que, hiciese lo que hiciese, no se quitaba de encima a su pegajoso rival, que salió en ese segundo periodo extra a defender como si le fuese la vida en ello y dio el golpe definitivo en ataque con dos triples de Llull, una canasta de Marc y un robo de Claver (70-62 a 2,06). Los aussies, como en los Juegos de Río, volvieron a probar la medicina española. Soñarán con ella muchos años.

Fuente Marca.com