España se proclamó campeona del mundo

España se proclamó campeona del mundo por segunda vez en su historia tras aplastar a Argentina (75-95) en una final que dominó de principio a fin. Scariolo trazó un plan perfecto y sus jugadores lo ejecutaron de manera precisa para reducir a cenizas a la albiceleste, que llegaba con un promedio de 87,7 puntos y tan solo anotó 75. Fue un pelele en manos de un equipo superior, que la asfixió en defensa, la apabulló en el rebote (27-47, con 13 ofensivos) y la atacó con inteligencia una y otra vez hasta derribarla.

Argentina había vivido y hasta brillado en el campeonato gracias a la producción del veterano Scola (39 años) y del madridista Campazzo, pero ante España se le acabó el chollo. Scariolo situó a Oriola sobre el ala-pívot, que acabó con ocho puntos (1/10 en tiros), y Ricky, Llull y Rudy, por turnos, apagaron la fogosidad del Facu, autor de 11 puntos (2/11 en tiros). Con ellos desconectados todo fue más fácil para que los españoles impusieran su colectivo y para que Ricky (20+7), MVP de la final, Marc Gasol (14+7) y Llull (15) liderasen un triunfo histórico que devuelve a España 13 años después a la cima del mundo.

Scariolo tenía claro que para frenar a Argentina tenía que obturar a sus dos principales caudales ofensivos, Scola y Campazzo, y durante muchos minutos lo consiguió. Metió en el cinco inicial a Oriola para incordiar al veterano ala-pívot y Ricky extendió sus tentáculos para que el base no campase a sus anchas. A Argentina le dejó sin oxígeno la presión defensiva de España, que demarró en el marcador con los triples de Marc y Juancho y las escaramuzas de Oriola y Ricky, brillante (2-14, min 4).

Argentina, tumefacta por momentos, recuperó algo de aire gracias a Brussino, que lideró con 8 puntos y dos triples un parcial de 11-0 (13-14, min 8). Había partido nuevo y, como tal, Scariolo agito el banco y dio entrada a la segunda unidad, que en cinco minutos de vértigo desnudó a la albiceleste con un parcial de 1-17 (14-31, min 13). Dos triples de Rudy, la hiperactividad de Willy y el oportunismo de Llull fabricaron la mayor diferencia del partido. Y con Marc y Ricky (ya con dos faltas), en el banquillo.

Con Scola missing (0 puntos al descanso) y Campazzo voluntarioso pero irregular, el técnico argentino Sergio Hernández dio entrada a Laprovittola, y el nuevo jugador madridista ejerció de revulsivo con nueve puntos (27-35, min 17). España no acusó el golpe gracias a Llull, Juancho y Ricky (31-43, min 20), pero a tres segundos del descanso se llevó un puñetazo peor al serle señalada su tercera falta al base.

Se la jugó Scariolo sacándole en la reanudación, pero Ricky aguantó las embestidas con trampa de Campazzo sin picar el anzuelo y siguió con su clinic de dirección. Fabricó canastas para Marc y Juancho y luego firmó un 2+1 para establecer la máxima renta (33-55, min 25). Con Campazzo diluido y Scola, eclipsado por Oriola y rozando el esperpento (0/5 y -19 con él en cancha), la albiceleste fue engullida por España.

Argentina, presionada por el reloj y por una defensa asfixiante de España, lo intentó a la desesperada con triples de Deck y Campazzo (39-55, min 26), y luego con seis tiros libres de Scola, que estrenaba su casillero, pero los de Scariolo reaccionaron con autoridad. Dos taponazos de Claver y Willy a Scola y Deck bajaron los humos de la Albiceleste. Y el propio Claver, Llull y un Rudy enorme volvieron a enterrarla antes del final del tercer acto (47-66, min 30), mientras Ricky y Marc descansaban plácidamente en el banquillo.

En el último acto Laprovittola, Deck y Campazzo insuflaron algo de aire a su equipo (56-68, min 34), pero un ‘dos más uno’ de Llull y un triple de Juancho abortaron la reacción (61-76, min31). La final estaba en el bolsillo de España, pero Deck intentó un último tirón con cinco puntos tras pérdida española (66-78, min 36). Fue el último intento de resurrección de Argentina, que sacó el mazo a la desesperada contra Ricky y Marc, que cerraron el triunfo desde el tiro libre.

Y España dio portazo al partido con los jugadores de las Ventanas en cancha mientas la primera unidad, totalmente emocionada en el banquillo, y con lágrimas de algunos como Rudy, celebraba con abrazos interminables y casi fraternales su enésima proeza.

Fuente Marca.com