España capitaneada por Montserrat Tomé, conquista la Nations League tras imponerse con autoridad a Francia en la final
Cree en ti y todo será posible. Es uno de los mil lemas utilizados por Mr. Wonderful y el leitmotiv de una España que volvió a hacer historia al ganar la primera edición de la Liga de las Naciones al imponerse a Francia (2-0) en la final disputada en el estadio de La Cartuja que vivió otro récord histórico: 32.657 espectadores que pudieron disfrutar del último gran éxito de una selección campeona del mundo que se consolida como número 1 del ranking FIFA.
España y Francia no escondieron ni una sola carta y ambos seleccionadores pusieron en liza las mismas alineaciones con las que afrontaron las semifinales ante Países Bajos y Alemania respectivamente. Las nuestras demostraron desde el pitido inicial esa intensidad que antaño adolecían en este tipo en encuentros y frente a esa entidad de rivales. No se conformaron con tener el balón, sino que fue una apuesta propositiva.
Salma, que se ha convertido referente en punta de lanza, tuvo la primera gran ocasión tras una combinación con Mariona dentro del área que desbarató Mbock Bathy tirándose al suelo y blocando el disparo de la maña. La futbolista con alma de atleta, como ella misma se define, no se cansó de tirar desmarques, generar espacios, encarar a sus marcas e incluso probar suerte de cara al gol. Sin fortuna.
Paredes avisó con un testarazo al palo tras un córner botado por la omnipresente Paralluelo… y Bonmatí rompió el cántaro pasada la media hora de juego tras rematar entre las dos centrales un centro desde la zurda de Olga. La Balón de Oro demostró una vez más ser de esas futbolistas de las quie siempre se puede esperar que aparezca en las grandes citas.
La fuerza del equipo
Francia, hasta entonces maniatada, estiró líneas intentando recuperar el equilibrio en el marcador, pero España, que en este aspecto también ha madurado mucho, supo abrir el paraguas cuando amenazaba lluvia y tranquilizó el partido cuando éste pintaba a calentarse. Ahí aparecieron los galones de Aitana, la veteranía de Paredes, la sensatez de Aleixandri, la seguridad de Cata, la clase de Jenni… y la solidaridad de este equipo llamado España.
La primera parte se durmió con una nueva gran ocasión para las nuestras, que rozaron el segundo en un nuevo saque de esquina botado por Salma y rematado por Aleixandri al lateral de la red.
Tras el paso por vestuarios, fue Francia quien cogió la batuta del partido y jugó en campo contrario intentando sacar petróleo de la velocidad de sus costados, sobre todo en el carril zurdo con Karchaoui y Bacha, y de la pegada de su tridente ofensivo.
Cuando peor lo estaba pasando España, llegó el segundo gol de las campeonas del mundo. Athenea recogió en la banda derecha un pase desde la frontal de Aitana y la puso al corazón del área donde Mariona, la más lista de la clase, dio un paso atrás para conectar con el balón y mandarlo al fondo de las mallas. ¡Qué importante es sentirse superior incluso cuando el fútbol, por momentos, no acompaña.
Renard no tuvo entonces más remedio que buscar un Plan B. El principal, el de nadar y guardar la ropa, había naufragado por completo. Metió en el terreno de juego a Dali y Cascarino buscando llevar el duelo a la batalla física, pero hasta en esos lares demostró España haber crecido. La ambición, unida a la calidad, genera ese músculo que muchas veces decanta los partidos importantes.
Una cuenta pendiente
Tomé volvió a vivir el partido en los límites de la zona técnica. Se movió más que en su etapa como centrocampista y repartió juego a sus pupilas primero libreta en mano y después con el poco hilo de voz que le iba quedando. La asturiana dosificó los cambios. Primero metió a Oihane (Olga, autora del gol de nuestras vidas, se llevó una gran ovación de su casa) y después a Eva Navarro y Vicky.
Las nuestras miraban correr el tiempo en el videomarcador mientras hacían un repaso virtual de todos esos enfrentamientos previos en los que fueron incapaces de ganar a Francia. Generaciones diferentes de jugadoras que tropezaron tantas veces en la misma previa. Por ellas se apretó los dientes en un último esfuerzo con el que contener los arreones galos.
Porque si el foco está muchas veces puesto en los goles y en las anotadoras, es menester destacar el trabajo sobresaliente en esta final four de la defensa y del bloque a nivel defensivo. En ellas se durmió el partido, pasado ya el minuto 94, desatando la locura de cada vez más aficionados en las gradas.
España ha escrito la historia con letras de oro en los últimos 192 días, pasando de ser campeonas del mundo a número 1 del ranking, clasificarse para los Juegos Olímpicos y ahora ponerle la guinda de conquistar la Liga de las Naciones. Quién la ha visto y quién la ve. Como reza el temazo de C. Tangana y Nathy Peluso, ‘yo era ateo, pero ahora creo…‘.