Lorenzo Sanz, quien fuera presidente del Real Madrid entre 1995 y 2000, falleció hoy en Madrid a causa del coronavirus. Sanz, de 76 años, ingresó el martes 17 de marzo en un centro hospitalario tras empeorar su estado después de ocho días con fiebre, tal y como reconoció uno de sus hijos una vez que el ex mandatario blanco quiso colaborar hasta el último momento en la no saturación de los hospitales. Una vez ingresado, fue sometido a la prueba de Covid-19, que arrojó un resultado positivo. Un día después su estado de salud empeoró hasta el fatal desenlace del día de hoy con su fallecimiento.
Sanz, nacido en Madrid el 9 de agosto de 1943, llegó a la directiva del club blanco en 1985 de la mano de Ramón Mendoza, al que sucedió en la presidencia del club blanco diez años después. En su primer año de mandato completo (1996-97) reconstruyó el equipo en torno a la figura de Fabio Capello, al que rodeó de futbolistas como Mijatovic, Suker, Roberto Carlos o Seedorf, que se unieron a los Hierro, Raúl o Redondo. El equipo, que venía de no clasificarse para competiciones europeas por primera vez en su historia, reconquistó la Liga. Capello regresó a Milán, pero el Madrid, ya con Jupp Heynckes como técnico, reconquistó, 32 años después, la Copa de Europa, con la conquista de la ansiada Séptima en 1998 tras derrotar en la final de Ámsterdam a la Juventus.
Lorenzo Sanz volvió a grabar su nombre en la historia del club dos años después, cuando un Madrid muy renovado, ya a los mandos de Vicente del Bosque, lograba la Octava en París tras derrotar al Valencia en la primera final de Copa de Europa que enfrentaba a dos equipos de un mismo país.
Tras la conquista de la segunda Champions, Sanz decidió adelantar las elecciones a la presidencia de un club que, pese a los éxitos deportivos, atravesaba una turbulenta situación institucional. El 16 de julio de 2000, Florentino Pérez se impuso en las urnas por un margen de 3.167 votos. Sanz volvería a intentar acceder al cargo en 2004, pero apenas tuvo opciones ante el actual presidente blanco, con el que le unía una buena relación.