¿Ha quedado a deber Memphis Depay?
El holandés tuvo un inicio muy bueno con el Barcelona en un momento muy traumático. Pero como que quedaba a deber en momentos importantes, no se notó tanto porque el equipo era un desastre, pero a medida que el equipo mejoró el holandés se fue escondiendo.
Memphis siempre ha sido criticado por esa falta de personalidad en momentos importantes, la presión del United se lo comió y terminó por fichar con el Lyon donde brilló. La presión no es la misma y pudo jugar a sus anchas. Potencial tiene, pero algo le pasa.
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Depay es un jugadorazo, no ha logrado ser ese crack mundial que mucha gente esperaba, revisemos algunos de los factores.
No le gusta la presión
Desde que era joven deslumbró por su talento y potencia física. Un jugador de fútbol natural de esos hay pocos. El Ajax lo quería y ofertó varias veces por él, y aunque era aficionado del equipo de la capital, decidió firmar por el PSV.
Aunque es un equipo grande, la presión en el Ajax es mucho mayor. Nombres como Cruyff, Bergkamp, Kluivert, Seedorf muchas de las figuras del país tulipán han salido del Ajax, de hecho es una de las canteras más importantes de Europa. Ir a un equipo donde había que responder desde el día uno no le llamó mucho la atención al joven Depay que firmó con un rival directo.
En el PSV se sintió cómodo, no había que demostrar de inmediato y esas son las condiciones ideales para él. Si lo dejan trabajar a su ritmo, él puede responder de una manera importante. Fue hasta su segunda temporada donde explotó. Era un jugador mucho más maduro y más completo.
Logró ser campeón de goleo y campeón de liga. Disfrutaba jugar porque lo dejaban ser, lo presionaban lo suficiente y en la directiva sabían que si le daban suficiente libertad él iba a responder en el campo.
Obviamente, esas buenas actuaciones llamaron mucho la atención del United que pagó 25 millones de euros por él. Pero el error vino cuando le dieron el dorsal “7”. Ese número lo dejó vacante Cristiano Ronaldo y nadie lo había podido llenar. Pero CR7 no era el único 7 legendario. Cantona, Beckham y George Best habían portado el número. A Depay le pusieron una tonelada en la espalda y eso lo apagó.
En dos temporadas con los Diablos Rojos, no pudo demostrar nada. Se fue apagando de a poco en la cancha hasta que terminó siendo traspasado al Lyon. En Holanda pensaron que se quedaría en promesa, su paso en Inglaterra era para demostrar y graduarse como gran figura mundial, pero pasó todo lo contrario.
El Lyon es un grande de Francia, pero no tiene la misma exigencia que el equipo de la Premier League. De inmediato se sintió liberado, en su tiempo con el equipo francés, empezó a jugar mejor.
Quizá ya no era ese goleador del PSV, pero generaba más juego, entendía mejor sus alrededores y se convirtió en un gran generador de juego. Depay cuando está liberado es casi imparable.
Su última temporada fue donde se le vio mejor. Anotaba y asistía, era líder del equipo que lideró a la final de la copa de la liga que lamentablemente perdieron. En la final dio un partido bastante discreto y salió al minuto 80 con ceros en el marcador. El PSG se llevó el trofeo en la tanda de penales.
Su llegada al Barcelona fue un golpe anímico importante, porque venía jugando de manera importante y llegó gratis. La prensa pensó que esta era la oportunidad perfecta para resurgir, puede llegar a un equipo que estaba en plena reconstrucción, él sería el eje del equipo y por unos meses lo fué.
Llegó Xavi y fue perdiendo protagonismo hasta el punto que casi sale. Le quitaron la playera “9” para dársela a Lewandowski y hasta la afición en algún momento prefería que saliera el holandés para que se quedara Aubameyang que enamoró a la afición.
El entrenador catalán le dio la alternativa a Depay que dijo que no se fue porque quiere triunfar en el Barcelona. Pero ya nadie espera mucho de él y eso le quita presión, quizá empiece a resurgir.
Mente distraída
Un factor importante en esto es que su mente pasa mucho más tiempo fuera del terreno que dentro. Es bien conocido que tiene una carrera musical a la que le pone mucha más atención que el fútbol.
Su vida fuera de la cancha es extravagante y glamorosa. No está al 100% concentrado porque sabe que tiene talento fuera de la cancha y no lo quiere dejar pasar. Aparte sus proyectos fuera de la cancha, dependen totalmente de él y no hay presión, ahí es cuando funciona mejor.
Memphis es de esos jugadores a los que no les gusta que les digan qué hacer. Ha tenido problemas con entrenadores por su falta de compromiso y entrega en momentos importantes. No se le nota centrado cuando el fuego quema, y prefiere esconderse. Se ha notado en partidos cuando sus equipos necesitan su fútbol.
Lo que a veces molesta a la afición es que a veces no siente esas derrotas porque en redes sociales su vida se enfoca en otra cosa. Se entiende que lo vea como un juego, pero a veces esa es la diferencia entre un jugador bueno y uno de elite.
¿Explotará?
Esta temporada Xavi confió en él, pero le dijo que sería suplente. En una entrevista dijo que quiere triunfar en el Barcelona y se le ha visto mejor. Menos presionado y encontrando de a poco su juego.
Una de las razones es que viene la copa del mundo y Holanda lo necesita. Con su selección fue determinante para conseguir la clasificación y a veces es ese jugador distinto que se necesita en momentos complicados.
Este inicio de temporada con el Barcelona va lento, pero seguro, como los reflectores no están sobre de él se siente más cómodo. Eso beneficia mucho al jugador que le gusta la atención pero a su manera.
El Barça tiene en ese punto de presión a Lewandowski ya a las compras que se hicieron este verano, eso pone al holandés en un segundo plano que puede manejar perfectamente. Los minutos que le ha dado el entrenador los ha aprovechado, pues sabe que entra como complemento y no como la solución.
Memphis funciona mejor si es parte de la construcción y no la finalización. En el Lyon, aunque era el capitán, había un equipo alrededor que le ayudaba. En el United, a veces se esperaba que él fuera ese crack que solucionara los problemas, casi como lo hacía Ronaldo. En su inicio en Barcelona, cuando se fue Messi, la presión fue demasiada y no la aguantó.
Ahora tiene una oportunidad perfecta para ser un engranaje muy importante en la máquina culé que está comenzando a operar. Memphis puede ser un jugador de primera línea, pero si le quitan un poco de la presión que a veces le ponen.