El mensaje de Jorge Vilda en el corrillo de las campeonas: «La habéis liado muy gorda»
«Somos campeonas del mundo, somos campeonas del mundo», cantaron todas al unísono
«La habéis liado muy gorda. Aquí hay 75.000 personas en pie por vosotras. Y mañana, un país entero saldrá a la calle'». El mensaje de Jorge Vilda en el corrillo de las campeones apenas se escuchó por el estruendo en un estadio que celebraba el título de campeonas del mundo de España.
El seleccionador se mostró emocionado en palabras a RTVE: «Orgullosísimo de este equipo. Hemos demostrado cómo jugar, hemos sabido sufrir», dijo Vilda
Así festejó Vilda el título nada más pitar el final del partido: «Cuando me he girado y he visto a mi mujer e hija…».
«Lo que les queda es celebrar. Vamos a empezar a celebrar ahora y no sabemos cuándo acabaremos. No se puede pedir más», afirmó el seleccionador emocionado.
España se proclamó campeona del mundo tras vencer a Inglaterra (1-0) en la final del Mundial disputada en el estadio olímpico de Sídney ante 75.784 espectadores que fueron testigos del día más importante de la selección. Un gol de Olga Carmona fue suficiente para que España alzara al cielo australiano el cetro más preciado y pueda bordar en su escudo la primera estrella.
Siete partidos y siete alineaciones de España. La elegida por Vilda para entrar en la historia fue la formada por Cata, Batlle, Paredes, Codina, Olga, Tere, Bonmatí, Jenni, Alba, Mariona y Salma, un once coherente con lo demostrado en el camino hacia la final y que debía hacer frente a la estrategia de Wiegman, que apostó por dejar en el banquillo a la irreverente James para dar continuidad a Toone.
El duelo de pizarras fue una auténtica partida de ajedrez jugando al despiste sin traicionar al estilo propio. Inglaterra quiso sorprender con una presión alta y buscando la espalda de Olga y España con un juego más vertical y dinámico que el que marca su libro de estilo. Hemp y Salma focalizaron el peligro en ambas áreas. La inglesa estrelló un balón en el travesaño tras aprovechar una asistencia de Daly dentro del área. En la jugada siguiente, un centro de Olga se paseó por el área sin que Paralluelo acertara en el remate y Alba estuvo a punto de marcar, pero su remate lo sacó Earps en un ejercicio de reflejos.
España es insuperable con balón, pero sin él está aún aprendiendo a sufrir. Las pérdidas en el centro del campo comprometieron en más de una ocasión a la zaga española e impidió que el equipo creara con la soltura habitual. Pero en un nuevo ejercicio de madurez y paciencia como los que llevó a este equipo a la final, llegó el primer tanto del partido. Un robo de Tere en línea de tres cuartos habilitó a Mariona, cuyo pase filtrado lo aprovechó Olga para, con un zurdazo a 97 km/h, metiera el balón en la jaula. Tras el gol hubo que remar, como es lógico, siendo un fallo en el remate de Toone en boca de gol la ocasión más notable de una Inglaterra que tuvo que dar las gracias de que el luminoso no se volviera a alterar. En la última jugada del primer acto, una asistencia de Ona fue resuelta por Salma con la derecha al palo.
Wiegman tuvo que mover ficha en el entreacto, sacando a dos agitadoras como James y Kelly. La segunda tuvo el gol del empate en un centro lateral que se paseó por el área y que la del City no logró tocar por milímetros… y la oposición de una Ona colosal. Poco después, un centro-chut de Kelly se estrelló en el travesaño ante la atenta mirada de una Cata que, por segura, a veces parece temeraria.
Cuando peor lo pasaba España, un barullo en el área del que Mariona quiso sacar partido, se resolvió con penalti -tras llamada del VAR- por manos de Walsh. Jenni asumió galones, pero su lanzamiento, como ocurriera en el estreno ante Costa Rica, no acabó en gol. Earps adivinó la trayectoria y dio una vida extra a su equipo.