José Reyes no es un chaval cualquiera. Es el hijo de un futbolista que dejó huella allí por dónde pasó. José Antonio perdió la vida hace seis meses en un trágico accidente de carretera. Y el chiquillo, que en ese tiempo jugaba en el Leganés perdió a su padre con sólo doce años. Un golpe para cualquiera. Más aún para un chaval.
Desde el primer día el Sevilla y el Real Madrid estuvieron siempre muy pendientes del niño. De hecho, a los pocos meses dejó el Leganés y se fue a formar parte de la cantera blanca. En Abu Dhabi, disputando LaLiga Promises Internacional el destino quiso que Real madrid y Sevilla se enfrentaran en la final.
Los dos equipos de su padre y él con el nueve a la espalda defendiendo la elástica madridista. De hecho, minutos antes de que sonara el silbato, el capitán del Sevilla le entregó una camiseta del conjunto hispalense con su nombre a la espalda.
El partido empezó mal para el Real Madrid, pero el chico sacó el orgullo y marcó cuatro goles seguidos, uno de cada estilo, para darle el título al conjunto blanco. Un espectáculo. Una exhibición. Su madre y su abuelo, que se desplazaron hasta Emiratos Árabes para acompañar al chico, se emocionaron en la grada. Algo muy grande les pasó por dentro.
Goles con dedicatorias
El chico dedidó los goles a sus familiares. el primero a su tío, que le lleva tatuado en el brazo. Otro de ellos para su madre haciendo un corazón con las manos y el otro levantando los dedos al cielo recordando a su padre. Emocionante.