La radio deportiva ha sido, desde siempre, una de las principales pasiones de mi vida. Asociar el deporte con el mundo de la radio me parece un espectáculo a la altura de los mejores placeres de nuestras vidas. De manera especial, he disfrutado con la narración futbolística, empapándome de la genialidad de los grandes maestros de la especialidad. La narración debe ser, bajo mi punto de vista, un compendio de ritmo y objetividad que permita acercar la realidad del partido al oyente que escucha tras el aparato de radio o, en la actualidad, a través de las nuevas tecnologías que impregnan la vida cotidiana. Durante más de 30 años de profesión he tenido la fortuna de narrar partidos con las principales figuras futbolísticas del momento. La década de los 80 tuvo como referente la figura de Diego Armando Maradona. Un servidor, que únicamente conocía las delicias de Kubala o Di Stéfano a través de los comentarios de mi padre, alucinaba con los goles o el gambeteo de aquel “rechoncho” futbolista nacido en la cantera de Argentino Juniors. Me parecía el no va más, un top para la historia. El paso de los años me demostró que Diego siempre fue muchísimo mejor futbolista que ejemplo de vida. Luego llegarían los Laudrup, Zidane, Romario, Rivaldo, Koeman, Hugo Sánchez, Ronaldinho, entre otros. Cada uno, a su nivel, mantuvieron viva la llama del espectáculo. Laudrup era magia, Zidane pura elegancia, Rivaldo genialidad, Romario fantasía, Koeman liderazgo, Hugo, instinto asesino ante el gol y Ronaldinho combinaba su enorme categoría con la sonrisa en el trato del balón. Una auténtica bendición de estrellas, muy difícles de superar. Hasta que emergió D. Lionel Andrés Messi Cuccittini, alias “el pulga” de Rosario. Para mi opinión, el mejor de todos los tiempos.
Nunca me ha gustado regalar elogios de forma gratuita. Los deportistas me han tenido que ganar por trayectoria, regularidad y, sobre todo, por rendimiento. Recuerdo su debut en el Olímpico de Montjuic. Demostró buenas maneras. Con el paso de los años, debo reconocer que ninguno como Messi. Mantiene un nivel estratosférico, raras veces baja la guardia, lidera, manda, asiste, ejecuta, en velocidad, en estrategia, en espacios cortos, en juego directo, dribla, es matador con la zurda Y maneja muy bien la diestra. Su estatura no le impide competir en el juego aéreo, sobre todo, por anticipación y por un tren inferior de auténtico atleta. En el terreno de juego, el más listo. Son muchos años reinando. Son muchos goles para quitarse el sombrero. Le encanta competir. Por ejemplo contra Cristiano Ronaldo, otro excelente profesional, todo un atleta, cañonero, casado con el gol, con personalidad, ganador nato, tenaz, incansable, batallador. Pero un matiz, sólo un matiz les diferencia. Cristiano es humano, muy bueno, buenísimo, pero tremendamente humano. Leo Messi aterrizó, para el bien del fútbol, desde otra galaxia. Y en su galaxia se mantiene.