«La mano de Dios» de Ismael Flores
Ismael Flores nació hace 22 años en Campo Grande, en la provincia argentina de Misiones, en el seno de una familia humilde de 12 hermanos. Rodeado de la naturaleza (Campo Grande apenas tiene 10 mil habitantes), tuvo una infancia curtida por la escasez y la falta de oportunidades. Se introdujo en el mundo del boxeo por casualidad, cuando sus hermanos mayores empezaron a entrenar y él quiso imitarles. Su madre no quería que practicara boxeo por miedo a que le pudiera llevar por malos derroteros. Pero ante su insistencia tuve que ceder; eso sí, tuvo que empezar a trabajar con 14 años para poder costearse el material deportivo que necesitaba. Desde el principio Ismael destacó en el noble arte, con unas cualidades poco habituales, sobre todo por la contundencia de su pegada. Se refugió en el entrenamiento, en la disciplina de un deporte tremendamente exigente. Tal era su pasión por este deporte, que de sus 60 peleas amateur, en más de 20 tuvo que saltar al ring «desde el banquillo»: se presentaba en las veladas sin tener acordada ninguna peleada, con su bolsa de deportes, solo por si fallaba alguno de los púgiles que estaba programado.
Un candidato a KO del año en España
Con los años, y con la acumulación de combates amateur, Ismael tuvo claro que quería dedicarse profesionalmente al pugilismo. Pero en Misiones no existía la estructura deportiva profesional que necesitaba, así que tuvo que trasladarse a Buenos Aires. Sin embargo, no le llegaron oportunidades, y lo único que le llegaron fueron promesas y frustración. No consiguió debutar en el campo profesional, y empezaba a desesperarse. Con apenas 19 años le llegó una propuesta para trasladarse a España. Tuvo que ahorrar y pedir prestado a sus amigos para pagarse el pasaje a España. Aterrizó en Barcelona, pero su «via crucis» no se había acabado. Primero fue el entrenador que le había traído de Argentina que le dejó tirado; y después llegó la pandemia que paralizó nuestras vidas. Sin embargo, siguió trabajando y esforzándose hasta que su suerte empezó a cambiar hace poco más de 1 año. Su actual entrenador Ángel Hugo «el tren» Ramírez le acogió en su gimnasio de Hospitalet, y la promotora Team Solé promotions apostó fuerte por él para hacerle debutar y llevarle su carrera profesional. En apenas 1 año Ismael ha peleado 7 veces, con 7 victorias de las cuales 5 por KO. Pero no solo el récord impresiona, sino que que sus actuaciones encima del ring han encandilado a público y prensa especializada. No solo por sus cualidades innatas que brillan desde el primer tañido de la campana, sino por su entrega y espectacularidad en cada una de sus acciones. Ismael dice que es el resultado del trabajo, de la constancia y de la disciplina. Pero, lo cierto es que desborda talento con cada golpe, y con cada esquiva.
Ismael se identifica con otro ícono del boxeo argentino como es Sergio «Maravilla» Martínez, que también tuvo que emigrar a España desde Argentina para alcanzar sus sueños boxísticos y alcanzar el campeonato mundial. Y sobre todo con Maradona, por sus orígenes humildes y por su mano «divina», la misma mano con la que él noquea a sus rivales.