España es un equipazo. Argentina es Messi. Tras la goleada de La Roja, tengo muy claro que, a día de hoy, el conjunto de Lopetegui es muy superior al de Sampaoli. El nivel de la albiceleste es discreto, auténtica paradoja, si tenemos en cuenta el gran número de jugadores que tienen repartidos por todo el mundo. Pero la cantidad jamás es sinónimo de calidad. Creo que, aún con Messi en el campo, la albiceleste lo hubiera pasado muy mal, pero también estoy convencido que Leo marca diferencias en cualquier equipo del mundo, imprimiéndole un gran sello de calidad y competitividad, alejado de la patética imagen de su Argentina. Hablamos del único jugador del planeta capaz de ganar puntos y partidos por sí solo. A día de hoy, el “Pulga” de Rosario es tan imprescindible en su selección como en el propio FC Barcelona.
Con el Mundial a poco más de dos meses y medio, no hay que lanzar las campanas al vuelo ni aferrarse a falsas expectativas. Ni España es la única favorita ni Argentina es la caricatura de equipo que demostró en Madrid. Un partido no puede marcar el futuro, tan a corto de plazo, de ninguna selección. Es evidente que España está, como mínimo, al nivel de los mejores. Pero calma, mucha calma. Que el Mundial es otra historia y, muchas veces, los méritos anteriores no son garantía de éxito. Aún así, el equipazo de Lopetegui viene demostrando una trayectoria muy acertada, tanto a nivel de juego como de resultados. Empatar ante la Campeona del Mundo y humillar a la Subcampeona, en un periodo de cuatro días, permite soñar con un grupo que combina gran fútbol con un compromiso absoluto. Si a ello añadimos la ya demostrada mentalidad ganadora de los jugadores, las opciones se disparan con absoluta naturalidad.
Finalmente quiero destacar, muy positivamente, la presencia de Sergio Busquets en las gradas del Estadio. El fantástico jugador del FCB predicó con el ejemplo, desplazándose a Madrid para estar junto a sus compañeros. Eso se llama compromiso y demuestra que este grupo está unido y convencido de sus posibilidades. Para los Iniesta, Busquets, Piqué, Ramos o Alba, entre otros, por Rusia circulará su último tren mundialista y quieren subirse a él con ganas y ambición. La ambición y las ganas de todo un país, que vuelve a ilusionarse, camino de la segunda estrella en la zamarra Roja.