El Barcelona tenía la oportunidad de colocarse segundo en la tabla y adelantar al Girona y de recortar, al menos de momentáneamente, distancias con el Real Madrid. Y lo hizo. La aprovechó, aunque sufrió: ganó por la mínima y Gündogan falló un penalti. Pero sumó tres puntos importantísimos a nivel deportivo y emocional. La imagen del encuentro será el golazo de Lamine Yamal, pero con permiso del joven atacante, el crack fue Pau Cubarsí. El central, certero, tranquilo y seguro, se ha ganado ser titular en la disputada defensa culé. La familia azulgrana le espera contra el Nápoles.
Recital de Cubarsí
Menudo central tiene el Barcelona. Hoy por hoy, Pau Cubarsí compite con Iñigo, Araujo, Christensen… por la titularidad. Está al nivel de los grandes. Vaya recital dio contra el Mallorca. Infranqueable. Sereno. Rápido. Hábil. Seguro. Siempre bien colocado. Anticipándose. Y, encima, con un exquisito toque y cuidado del balón: bien en la salida y en los desplazamientos en largo, excelente en la elección del pase… Estuvo atento a Larin y certero con Muriqi, al que no dejó respirar. No dio tregua al atacante kosovar. No tiene ni un partido malo. No está nunca distraído. No se acobarda ante ni contra ningún rival. Por si todavía no se lo había ganado, contra los de Aguirre, lo hizo: debe ser titular contra el Nápoles el próximo martes. Su mejora de contrato y renovación ya se está cociendo: el Barça sabe la joya que tiene.
Otra lesión, la tercera de Raphinha
Si, la pasada jornada, contra el Athletic, Pedri y Frenkie de Jong tuvieron que dejar San Mamés por molestias. Contra el Mallorca, fue Raphinha el que no pudo completar la primera mitad. El internacional brasileño recibió un pisotón en el tobillo de Copete, que implicó el penalti que falló Gündogan, y fue sustituido en el minuto 37: entró Fermín. Es la tercera dolencia del extremo del Leeds, que no logra asentarse en el equipo culé. Raphinha, que contra los de Aguirre jugó de interior derecho, ya causó baja prácticamente todo el mes de octubre y el de enero por sendas lesiones musculares. Parece que sólo fue un golpe, pero se someterá a pruebas…
Lamine Yamal parece que no está y… ¡golazo!
El joven canterano no jugó su mejor partido contra el bloque balear. Estuvo participativo durante todo el encuentro, pero no acertado. Se le vio incómodo y se movió muy encorsetado por la presión y el marcaje de Lato (y luego de Jaume Costa). Tampoco parecía entenderse muy bien Raphinha, que jugó de interior derecho, en los minutos en los que el brasileño estuvo en el terreno de juego (se retiró en el 37). Pero marcó un golazo, un tanto de crack: mandó a la escuadra, inalcanzable para Rajkovic, un balón con rosca que lanzó con el interior del pie izquierdo.
Ter Stegen hizo historia
El meta alemán disputó contra los de Aguirre el partido 400 con la camiseta azulgrana. El internacional germano es el tercer extranjero en alcanzar esa importante cifra: los primeros son Messi (778 partidos) y Dani Alves (408). Pero no sólo celebró que se está convirtiendo en leyenda, también volvió a dejar su puerta a cero. Por primera vez esta temporada en LaLiga, el Barça encadena tres cruces imbatido. Ter Stegen quiere revalidar el Zamora.
Gündogan, lástima del penalti
El centrocampista germano fue el líder del Barcelona. El director. El guía. Movió al equipo, lo ordenó, lo estiró, buscó espacios, filtró pases, se asoció, dribló… hizo un gran partido. La lástima, y por lo que será injustamente recordado, es por el penalti que falló. No estuvo realmente acertado en su disparo desde los once metros, que Rajkovic le adivinó. Fue el punto negro de otro gran partido del exjugador del City. Por algo es indiscutible para Xavi.