Luis Suárez se quedó fuera de la lista para el partido frente al Nástic. Una prueba de que Koeman no cuenta con él. Algo que ya quedó muy claro cuando el holandés le dijo en su primer día de trabajo como entrenador azulgrana que lo mejor era que se buscara un destino.
El uruguayo así lo hizo. Por eso, tiene ya un preacuerdo con la Juventus a la espera de que se desligue del conjunto azulgrana y pueda fichar. Pero jugador y club no se aclaran en el finiquito. Suárez quiere que le paguen un año y el Barcelona se niega.
Dentro del lógico tira y afloja de una negociación, lo más importante es no faltar al respeto a ninguna de las dos partes. Suárez no se merece que le aparten del primer equipo. Es cierto que ha cometido errores, pero lo que ha dado a este club ha sido muchísimo.
Nadie debe olvidar que es el tercer máximo goleador de la historia del Barcelona. Y eso merece un respeto. El Barcelona anda como loco para que se marche y por eso le están presionando de todas las maneras posibles. Deben ir con cuidado porque si se tensa la cuerda y se rompe, igual Luis Suárez decide quedarse. Le ampara su contrato.
Hace unos días decía Bartomeu que a estos jugadores había que despedirlos con todos los honores. No está siendo fiel a su palabra porque da la sensación que lo están despidiendo de mala manera.