Los Grizzlies retiran su camiseta con el ’33’ en una ceremonia única y especial, al estilo Memphis, con una banda de música, sentimiento y el cariño de una ciudad rendida a su ídolo
👕🔝 La retirada del '33'. El reconocimiento a una leyenda
— MARCA (@marca) April 7, 2024
Los @memgrizz retiran el dorsal a @MarcGasol, jugador que dejó huella durante 11 temporadas. @marca estuvo en el FedEx Forum para vivirlo desde dentro
📹 @Sanchez__Jesus pic.twitter.com/RWRiYOFb59
Sonaba música épica como sólo puede escucharse en Memphis, mientras la camiseta de Marc Gasol se iba descubriendo entre una cortina de humo hacia lo alto del FedEx Forum, o lo que es lo mismo, se elevaba hacia las cotas más elevadas de la historia de los Grizzlies. El jugador, emocionado, estaba rodeado de su familia, su mujer, sus hijos, y toda la dinastía Gasol al completo, con sus padres y sus hermanos Pau y Adriá. Celebraban el enésimo triunfo de una estirpe memorable, la primera que tiene a dos hermanos con la camiseta retirada en la NBA, la Meca del baloncesto. Los Lakers no utilizarán nunca el ’16’ y los Grizzlies subieron al cielo el ’33’. Después del prodigio del salto inicial del All Star Game en el Madison (2015), el elefante volvió a entrar por el ojo de la aguja.
Los Grizzlies habían montado en cinco minutos un escenario en el centro de la pista para un evento al que querían dar una consideración especial. Los 15 minutos del descanso, como es habitual, eran pocos. En la tarima se sentó toda la familia y amigos y por delante, Marc Gasol y sus compañeros míticos de los Grizzlies, Randolph, Conley y Allen. Pau fue el primero que habló para usar palabras como «orgullo, legado, admiración, esfuerzo y éxito».
Su alegato dio pie una conversación entre los amigos, quizá un poco larga, donde bromearon con lo vivido y recordaron los viejos tiempos. Fue cómico como hablaban de los enfados de Marc por una mala defensa y como «juraba en español». Después tomó la palabra Marc. «Es un honor y un orgullo, el camino ha sido largo, pero estoy identificado con Memphis, con la ciudad y con esta franquicia. Soñaba con Michael Jordan, Bird y Magic y ahora mi equipo favorito son Tony, Mike y Randolph. Os llevo en el corazón», dijo mientras se llevaba la mano al pecho. Después se descubrió la camiseta con el 33, con Marc acompañado de su mujer y sus hijas.
Una estirpe histórica
Han sido días muy felices para los Gasol, que no tienen fácil reunirse para vivir unos días juntos. La familia del piso de Sant Boi (Barcelona) donde se tendía en las ventanas, ve ahora las camisetas de sus hijos colgadas en los pabellones de la NBA, como ofrenda a su grandeza, como muestra de un reconocimiento eterno. «Una parte de esa camiseta que cuelga es por mis padres o mejor dicho, gran parte. Cuando eres padre te das cuenta del esfuerzo y el sacrificio que han hecho por nosotros», decía Marc, que ha venido acordándose estos días de sus papás, grandes responsables de su gesta.
Sin ser sangre de su sangre, pero como si fuera una especie de Band of Brothers, reaparecieron los íntimos de Marc. En el parquet del FedEx volvió a latir el corazón de los imponentes Grizzlies de mediados de la década pasada, los de la garra, la dureza y el esfuerzo. No estaban juntos en una cancha desde 2017: Zach Randolph, que también tiene la camiseta retirada en Memphis, Mike Conley, que aún juega en los Wolves y tuvo un permiso especial para asistir (el mejor amigo de Marc en el baloncesto), Tony Allen y Marc Gasol se abrazaron en el instante en el que el pívot catalán se sintió más cómodo: rodeado por su segunda familia. Alérgico al primer plano, sintió que la camiseta era un homenaje a los cuatro. «Hay un vínculo especial entre nosotros, una conexión única». Se sentaron juntos en el escenario que montaron. Nunca una retirada de una camiseta fue tan coral.
El FedEx disfrutó de su ídolo. El partido ante los Sixers, con su equipo ya sin aspiraciones de playoffs y numerosas bajas (Aldama una de ellas) era lo de menos. La paliza ni dolió (96-116). Con precios de entradas populares (desde los 57 dólares la más barata), el pabellón de los Grizzlies rozó el lleno. Los primeros 5.000 fans se llevaron el disco prometido con la narración de las mejores jugadas y alguna entrevista de Marc, que era protagonista en la grada: caretas gigantes, camisetas azules y blancas con su numero, banderas de España e incluso aficionados con la camiseta de la selección. Habían venido de Girona y de Valencia.
Mediado el segundo cuarto Marc tuvo que saludar desde el palco donde vio el partido con su familia. En el vídeo marcador del FedEx venían produciéndose las felicitaciones de antiguos compañeros y entrenadores: Mike Conley, Dillon Brooks y el técnico Lionel Hollins. También apareció Pau, ovacionado por los que fueron sus fans. Robert Pera, el propietario de la franquicia, simplemente le dio las gracias «por todo lo que hiciste por los Grizzlies y por lo que significas en la comunidad de Memphis, tu tenacidad y talento cambiaron esta franquicia». ‘Big Marc’ era más grande que nunca.