El ex árbitro internacional gana muchos enteros para convertirse en el sucesor de Rubiales al frente de la RFEF: contaría con el apoyo de los principales poderes fácticos del fútbol español
Este pasado lunes, alrededor de las cinco de la tarde, Pedro Rocha telefoneó a Beatriz Álvarez, presidenta de la Liga F, para disculparse sinceramente por no poder asistir a la gala de presentación del campeonato femenino. Un imprevisto y repentino viaje del presidente interino de la RFEF impidió así una foto que escenificaría la paz del fútbol, puesto que en el mismo evento se encontraban, aparte de la máxima dirigente de la Liga femenina, Javier Tebas, presidente de LaLiga, Víctor Francos, presidente del CSD, Javier Lozano, presidente de la LNFS y muchos representantes de clubes e instituciones.
Esta ausencia justificada se une al perfil bajo que está mostrando el extremeño desde que está al frente de la RFEF, que se evidenció en la cumbre de Oliva y en el anuncio de la concesión del Mundial, por ejemplo, y que algunos interpretan como una estrategia de no sobreexponerse de cara a presentar su candidatura oficial para presidir la Federación. Si se decide a dar el paso, Rocha buscaría el apoyo de las Territoriales, actualmente muy fragmentadas en cuanto a una posible alianza global en torno a un único candidato.
El tiempo va corriendo y se suceden los movimientos entre bambalinas para posicionarse de cara a las elecciones, que se celebrarán presumiblemente a mediados de marzo (el 11 de marzo parece una fecha factible). A pesar de que el CSD ha elevado al TAD la reclamación de Miguel Galán, que exige una convocatoria inmediata del proceso electoral y denuncia que la Comisión Gestora está contraviniendo los estatutos al no hacerlo, no parece lógico avanzar en esta dirección, toda vez que el CSD ya ha dado su visto bueno a la petición razonada de la RFEF para que las elecciones se convoquen en el primer trimestre de 2024. Aunque el Juzgado de lo Contencioso número 7 ha admitido a trámite el recurso contra la resolución del Consejo de autorizar el adelanto electoral, no tiene sentido promover ahora unas elecciones para afrontar otras solo dos meses después.
De esta forma, se seguirá la hoja de ruta marcada por Víctor Francos, secretario de Estado para el Deporte, que ha cogido con mano firme las riendas de todo este asunto desde que explosionó el 20 de agosto, tras la final de Sidney. El Gobierno quiere un cambio profundo y visible en el entorno federativo, creando incluso una nueva orden electoral que se articula sobre los ejes de la democratización, buen gobierno, igualdad, inclusión y transparencia. Esta orden, visada ya por la Abogacía del Estado e incluso por el Ministerio de Hacienda, está actualmente en trámite de audiencia pública hasta el 3 de noviembre. El CSD escuchará ahora las aportaciones o sugerencias que puedan llegar desde los distintos sectores del deporte, algunos de los cuales (diversas Federaciones, organizaciones como ADESP e incluso LaLiga) ya han mostrado su inquietud o discrepancia por algunos aspectos concretos, como el número de asambleístas. La voluntad que se tiene desde el Ministerio y desde el propio CSD es ‘pactista’ y muestran predisposición a afinar o concretar algunos puntos, siempre que no atenten contra los ejes fundamentales o el espíritu general de la orden, que Miquel Iceta firmará antes del 31 de diciembre.
Los ‘barones’ de las Territoriales pierden poder
Este paso, en lo que respecta a la Federación, derivará en la convocatoria de elecciones a una nueva Asamblea General (que será quien elija al nuevo presidente) en un proceso que se iniciará a partir del 1 de enero. Un cambio sustancial en la propuesta del Ministerio, aparte de diversas modificaciones en la representatividad y las cuotas, es que los presidentes de las Territoriales, conocidos como ‘barones’, no tendrán un puesto nato en dicha Asamblea. Esto cambia de forma notable el tablero del juego. Los ‘barones’ podrían no perder presencia pero se les limita el poder.
Estos días, 50 después de la dimisión de Rubiales, se suceden las conversaciones y se tantean propuestas de futuribles. Se aprovechan todos los encuentros para hablar de la situación: el próximo ‘cónclave’ será el jueves, en la reunión de la Mutualidad de Futbolistas (que ya presidía Pedro Rocha) y otra cita clave será el día 24, en la que hay reunión de presidentes y de la Comisión Gestora. La intención de los barones sería promocionar a un candidato que contase con el beneplácito de todos. No será fácil por varias razones. Una es que ninguno parece convencer a todos. Salvador Gomar (Valenciana), Paco Díez (Madrileña) y Pedro Rocha (Extremeña) son, hoy por hoy, las tres opciones ‘internas’, ya que la posibilidad de Pablo Lozano (Andaluza) se diluye porque en 2024 tiene elecciones en su territorial y tiene que medir bien sus pasos, ya que tendría que dimitir de su actual cargo con el riesgo de quedarse fuera de todo.
El otro (gran) inconveniente para esta línea sucesoria es, precisamente, el mensaje de continuidad y de falta de ruptura que se transmitiría si resulta elegido un ‘barón’ y que el Gobierno (y la propia sociedad) no verían con buenos ojos.
En este proceso de renovación de la institución aparecen ‘por fuera’ otros candidatables que cuentan con esa ventaja de representar una reforma de las estructuras. Nombres como Rami Aboukhar (ex CEO del Santader) que está moviendo bastante su opción entre diversos Medios de Comunicación, entidades y clubes; Carlos Suárez (ex presidente del Valladolid) que aportaría su experiencia como gestor; David Aganzo (presidente de AFE), una asociación que históricamente ha nutrido de presidentes a la RFEF pero que no tiene intención de aspirar al cargo al ser ahora el máximo dirigente no solo de los futbolistas españoles sino de todo el mundo; Emilio García Silvero (jefe del departamento legal de FIFA y mano derecha de Infantino), un profesional exquisitamente considerado pero que tampoco ha mostrado intención de presentarse: sí podría tener un papel relevante, desde FIFA, en la organización del Mundial 2030. Otra línea que se maneja es la de una mujer, algo que sería muy bien considerado por el Gobierno. Pero no aparecen en el horizonte demasiadas candidatas, salvo Elvira Andrés, actual directora de Gabinete de la Federación o Matilde García Duarte, buena conocedora de las estructuras deportivas del país.
Mateu Lahoz entra con fuerza
Así, y por encima de todo este abanico de nombres, surge uno con mucha fuerza y verdaderas opciones de convertirse en el próximo presidente de la RFEF. Se trata de Antonio Mateu Lahoz. En torno a esta figura del arbitraje sí confluye el consenso y el visto bueno de los poderes fácticos del fútbol español. Cuenta con el apoyo implícito de los clubes más importantes de nuestro campeonato, de las bases del colectivo arbitral, de la propia FIFA (tiene una excelente relación con Pier Luigi Collina, el jefe mundial de los ‘trencillas’), de LaLiga, del Consejo Superior de Deportes y de algunos presidentes de territoriales. Esta suma de avales le convierten en gran favorito para ser el sucesor de Rubiales, con quien mantenía serias discrepancias y que por tanto evidenciaría también una ruptura con el pasado reciente.
Mateu Lahoz, ‘Toño’ para sus más allegados, se retiró la pasada temporada tras más de 30 años con el silbato, doce de ellos a nivel internacional. Su experiencia, el hecho de provenir del mundo del fútbol, de conocer bien el estamento federativo y sus buenas relaciones con todas ‘las familias’ del deporte rey le sitúan en una posición privilegiada de salida en la carrera electoral. De momento, Mateu no se ha pronunciado al respecto, entre otras cosas porque el proceso de elecciones no ha arrancado oficialmente. Sí son conocidas sus intenciones de revisar el modelo arbitral, sus estructuras y su independencia, algo muy del agrado de los clubes.
Lo que todo el mundo anhela y desea (incluidos los responsables territoriales) es que la estabilidad llegue cuanto antes. Una vez resuelta la marcha de Rubiales y de su lugarteniente Andreu Camps (aún quedan algunas salidas como la de Albert Luque,Luis Medina Cantalejo y algún otro directivo, que la RFEF afrontará en su momento); una vez sofocado el conflicto de la selección femenina tras la cumbre de Oliva; con la buena expectativa que otorga la concesión de la organización del Mundial; habiendo hecho entender a la UEFA de forma contundente que no se trata de injerencias políticas (herramienta de autodefensa que intentó usar Camps) sino de obligada tutela ante una crisis sin precedentes; e incluso con la tranquilidad deportiva de haber logrado la clasificación para la Eurocopa, solo queda resolver la (trascendente) cuestión sucesoria. Será un kilómetro cero de un nuevo orden en el fútbol español.
Posible adelanto electoral en LaLiga
Y este capítulo en la RFEF puede coincidir casi en el tiempo con un posible adelanto electoral a la presidencia de LaLiga. Aunque el nombramiento de Javier Tebas finaliza en 2024, hay rumores que apuntan a un adelanto (como ya hizo en el anterior periodo) a diciembre de este año. En dichos comicios, Tebas optaría a su cuarto y, posiblemente, último mandato.
Al mismo tiempo, otros buenos gestores de nuestro fútbol también podrían reubicarse con más protagonismo en el fútbol español e internacional, como es el caso de Mateu Alemany, Miguel Ángel Gil o Jokin Aperribay.
Lo cierto es que el tablero del fútbol español se va a reorganizar sustancialmente en los próximos meses.