Leo Messi quiere abandonar el Barcelona después de 16 temporadas en el primer equipo con el que lo ha ganado todo. Difícil escribir esta frase sin exclamaciones. El jugador ha mandado un burofax al club expresando su deseo de ejecutar la cláusula que dispone en su contrato por la que puede abandonar unilateralmente el club al término de cada temporada. En principio, esa cláusula finalizaba antes del 10 de junio, pero lo atípico de este ejercicio por el coronavirus le abre la vía a solicitar ahora quedar libre. Se considera un primer paso para abrir una negociación para una salida, partiendo de la base de que su cláusula es de 700 millones de euros.
Leo se va a amparar en que el espíritu de la ley indica que él podía utilizar esa cláusula liberatoria al final de la temporada. Si se fijó el 10 de junio era porque, en una temporada normal, los partidos finalizaban los primeros días de junio, se daba un plazo para que el jugador se lo pensara y lo comunicara 20 días antes de que finalizara el contrato. Pero esta temporada ha sido muy atípica y ha finalizado a mediados de agosto. Y hay documentos firmados por parte del Barcelona y de la FIFA que se expresan en este sentido, que la temporada acababa cuando se disputara el último partido.
El club, por su parte, entiende que el plazo de la cláusula expiró el 10 de junio y tiene contrato en vigor. Así se lo dijo en el burofax de respuesta en el que también expresaron su deseo de que se quede en el Barcelona. Posturas totalmente opuestas y a día de hoy con difícil solución, porque hablamos nada menos que de la salida del mejor jugador de la historia del Barça.
CONMOCIÓN EN BARCELONA
Tras su conversación con Ronald Koeman del pasado viernes, en la que el argentino ya advirtió al entrenador que se veía más fuera que dentro, Messi no ha tardado en acabar de tomar una decisión que supone un terremoto en el planeta fútbol. La noticia del año sin duda, que el capitán del Barça y emblema del club en más de la última década, el mejor jugador de la historia del club catalán, quiera abandonar, y gratis, el club en el que ha estado los últimos 20 años.
Las reacciones no se hicieron esperar. Bartomeu se reunió con algunos de los directivos para ver qué postura tomar ante el deseo de Messi de dejar el club. Mientras se producía la reunión, enfrente de las oficinas se congregaron unos cuantos aficionados que pidieron la dimisión de Bartomeu. La policía los disolvió un par de horas después por razones de salud.
Las reacciones en las redes también se sucedieron. Luis Suárez puso un tuit aplaudiendo la decisión de su amigo. También Puyol le dio todo su apoyo. La oposición se manifestó de manera muy crítica con el presidente y pidiendo una vez más su dimisión. La marcha de Leo ha dejado al club a la deriva. En el plano deportivo, porque cuando se consume su marcha el equipo quedará muy tocado y la transición que quiere hacer Koeman será muy complicada. Y a nivel institucional el club queda muy tocado a expensas de una moción de censura.