Nadal entrega a España la sexta Ensaladera de Copa Davis de su historia
Rafael Nadal lo volvió a hacer como hace ocho años en La Cartuja de Sevilla ante Argentina. Lo que pasa es que en aquella ocasión, el anfitrión elegía superficie, la serie final constaba de cinco partidos y eran al mejor de cinco sets.
El tenista, que ganó en 2011 el punto definitivo ante Juan Martín Del Potro sobre tierra batida, se impuso ayer en cancha dura a Denis Shapolavov por 6-3 y 7-6(7) para dar la sexta Ensaladera para España, la primera bajo el nuevo formato de fase de grupos y dos sets, ideado por el inquieto Gerard Piqué.
En la nueva Copa Davis, con una Caja Mágica a reventar, y que tuvo un espectáculo propio de la Súper Bowl con Shakira amenizando los prolegómenos, Nadal tuvo un fiel escudero en Robert Bautista, llegado para la ocasión desde su Castellón natal.
Bautista abrió el camino con su victoria ante Felix-Auger Aliassime, que reemplazó a última hora a Vasek Pospisil. Y es que Pospisil, el 150 del mundo, tenía pocas opciones de sorprender a un rival con el que había cedido en los tres precedentes.
La inspiración de Bautista
Por eso el capitán Frank Dancevic hizo saltar a Aliassime a la pista Manolo Santana. El joven de 19 años, que no competía oficialmente desde el Masters 1.000 de Shangái por un fuerte esguince de tobillo, jugaba con el factor sorpresa
A la hora de la verdad no hubo sorpresas porque Bautista le cerró la puerta con un tanteo de 7-6(3) y 6-3. Era el turno de Nadal, que salía sin la presión de tener que ganar sí o sí para mantener viva la serie.
El número uno mundial, que tuvo que forjar las remontadas ante Rusia, Argentina y Gran Bretaña, se sentía liberado. Sabía que en su raqueta estaba la Ensaladera y la posibilidad de no tener que recurrir al punto del dobles para determinar el campeón.
Rafa Nadal, que nunca falla, tampoco le falló esta vez a la selección, a pesar de que su adversario era un joven descarado de 21 años con ganas de comerse el mundo. Denis Shapovalov, el 19 del ranking, ya sabía lo que era derrotar al mejor tenista del planera. Fue hace dos años en los octavos del TMS de Montreal.
Pero allí Nadal estaba en pleno rodaje para el US Open y hoy es un jugador en su máxima plenitud porque ha alejado las lesiones gracias a un calendario calculado hasta el milímetro. Ni los Reyes Felipe VI y Letizia quisieron perderse el momento en que la mejor generación de tenistas españoles de la historia refrendaba su dominio en el torneo.
Desde 2000 han caído seis títulos, algo que ningún otro país logró en ese intervalo de tiempo. Los que estuvieron más cerca fueron los galos, croatas, rusos y checos con dos.
Shapovalov ya temblaba sólo con ver quien estaba en el otro lado de la red. Toda la soltura que había demostrado los días previos ante adversarios menores se había tornado en tensión en el brazo.
Después de fabricarse pelotas de ‘break’ en todos los juegos desde la devolución, el campeón de 19 grandes dio el golpe definitivo en el sexto juego. El marcador reflejaba un cómodo 5-2, que era realmente lo que se estaba viendo en la central madrileña.
El canadiense, que es muy bueno y que va a serlo más, porque tiene mucho margen de mejora y ha contratado los servicios de Mikhail Youzhny, tiene un agujero en su revés a una mano. Los efectos endiablados de los tiros de Nadal iban a parar todos a esa zona. Denis se quedó pronto sin defensa.
La autopista hacia la coronación no se abrió hasta la muerte súbita porque Shapovalov se agarró a la pista como si no hubiera mañana. A Nadal, que también es humano, se le empezaba a notar cansado de todo el esfuerzo concentrado en cinco días. El público le dio ese punto de energía extra.
El canadiense, con 6-4 abajo, salvó las dos primeras bolas de partido con un pasante que sólo pueden hacer unos pocos elegidos y una derecha sin retorno. Con 6-7 fue el campeón de Manacor el que reaccionó a tiempo. A la tercera fue la vencida con un tiro que murió en la red.