Neymar se ha convertido en un asunto de estado, Qatar incluido. Real Madrid, Barcelona y PSG, club que a día de hoy sigue teniendo los derechos deportivos del brasileño tras el pago de 222 millones de euros en el verano de 2017, forman parte del día a día del delantero, ya que en todas las jornadas su nombre parece relacionado con alguno de ellos en forma de objetivo prioritario, regreso soñado e inmediata salida ante unas sanciones que se anuncian pero que nunca llegan.
Esta semana se inició con el rumor de que su vuelta al Camp Nou se podría convertir en realidad, como si nada importara el desfase económico que supondría para el Barcelona actual una operación de cerca de 300 millones de euros en calidad de traspaso, más un sueldo de otros 50, más unos juicios pendientes de resolver.
Se habla del deseo del jugador de reencontrase con su pasado, pero la realidad choca con esas supuestas ganas de olvidar el año y cinco meses que lleva en Paris. Ese argumento ha sido el utilizado durante muchas ocasiones para que su nombre sea relacionado con el del Real Madrid. Bueno, el de Neymar y el propio de Florentino Pérez que nunca ha ocultado la devoción que siente por el brasileño desde hace una década.
En el Santiago Bernabéu hay versiones contradictorias, pero lo que tienen claro los detractores del fichaje y los que apuestan con él, es que nunca habrá una guerra con el PSG y con su presidente Al Khlelaifi y todo lo que representa.
En el club blanco son pocos los que se atreverían ahora mismo a iniciar una ofensiva por el delantero. Ven más contras que ventajas. El carácter, el entorno y el alto coste, elevan el número de ejecutivos y dentro del club que confían más en la explosión de Vinicius, Rodrygo, Palacios o los que vengan, que la bomba que podría resultar Neymar en el Bernabéu, estadio que haría suyo en dos partidos, como pasa siempre con los grandes jugadores.
Al presidente le gustaría tenerlo cerca. Sabe que es una posible operación de riesgo, pero por momentos ve compensada esa apuesta ante la calidad y el retorno económico que supondría la presencia de Neymar vestido de blanco madridista. No olviden que la operación, entre un posible traspaso y el sueldo, se pude ir por encima de los 500 millones de euros, cantidad que el club podría asumir, no así el Barcelona actual.
Ahora mismo, en el club están convencidos de que la operación es inviable, pero como se abra una rendija por la que meterse de lleno en ella, el Real Madrid aparecerá para planteas un posible cambio de equipo.
Mientras, Neymar, del que se dice que está descontento y demás, ayuda al club parisino en la búsqueda de refuerzos hasta el punto de llamar a alguno de sus conocidos para sondear la posibilidad de su fichaje por el PSG. En las últimas semanas lo ha hecho con dos jugadores de LaLiga, algo que denota cierta proximidad con su actual club, con el entrenador, director deportivo, presidente… Por cierto, El PSG busca de manera urgente un mediocentro defensivo.
La próxima semana puede resultar clave. El mercado de invierno de esta temporada ofrece la posibilidad a todos los equipos de incorporar hasta tres jugadores que ya hayan aparecido en la primera fase de la Champions League. El PSG esté en peligro y si cae eliminado ante Liverpool y Nápoles el panorama podría cambiar. Lo de la UEFA y la posible sanción lo dejamos para más adelante.