«No habrá fichajes en la semana que queda de mercado en el Real Madrid«, repetían una y otra vez al término del partido ante el Betis. Lo dijo Zinedine Zidane y lo ratificaron desde el club tras la primera victoria de la temporada. Incluso Sergio Ramos confirmó, en los micrófonos de Movistar, que el grupo está preparado para dar la talla en todas las competiciones. Incluso, y pese a las críticas recibidas, Luca Jovic salió reforzado de la primera victoria liguera.
La línea está marcada desde el mes de abril y así va a seguir. Nada la va a hacer cambiar. Si bien el entrenador continúa diciendo que hasta el día 4 (es el 5 en realidad cuando se cierra el mercado) todo puede pasar, se refiere a las posibles salidas de algún jugador. No piensen que se puede repetir la historia de Essien o Adebayor, llegados en diferentes mercados y sobre la bocina.
El Real Madrid no va a poner en peligro la estabilidad económica de la entidad o propiciar un desencuentro para incorporar a jugador alguno. Zidane lo sabe desde el inicio de la crisis. Todo lo que se estaba moviendo está aparcado, a la espera de los movimientos que Mbappé sea capaz de hacer el próximo verano y la posible negociación que puedan abrir desde el PSG. El resto de los proyectos como Haaland o Camavinga ya saben lo que tienen que hacer, que es esperar un año. La llama se mantiene viva, pero no pueden avanzar más.Zidane ya ha utilizado a 18 jugadores en dos partidos y desde el club mantienen que hay plantilla, que hay jugadores capaces de aportar soluciones. El mejor ejemplo de potencial del grupo que dirige el francés es que en el Benito Villamarín se quedaron sin jugar Vinicius y Rodrygo, además de los todavía ausentes Asensio y Hazard, que la próxima semana pueden entrar en la convocatoria, más Mariano que no cuenta y lo sabe.
Ante el Betis se dejaron ver Jovic como titular y Borja Mayoral en el último cuarto de hora. Los dos jugadores salieron reforzados, al menos así piensa el cuerpo técnico. El serbio sabe que no va a ser titular, pero que contará con minutos a lo largo de la temporada. Lejos de la unanimidad de las críticas, el juego de Jovic, reconociendo su frialdad, gustó entre los técnicos y consideran que estuvo como el resto del equipo, es decir, de menos a más.
Borja Mayoral aprovechó la oportunidad y volvió a mostrarse. La energía que no transmite el ex del Eintracht de Frankfurt las enseña sin pudor alguno el canterano, que de no suceder nada extraño, en los próximos días saldrá de la entidad madridista.
Es más, el equipo peleó y no bajó los brazos en momento alguno, la mejor señal posible, tal y como entienden desde el club y el propio Zidane. Remontar no es sencillo y eso demuestra implicación se atreven a afirmar.