El 14º vídeo de la serie #noseashooligan de la Fundació BRAFA muestra cómo un niño escribe una carta anuncia su retirada del deporte y pide perdón a sus padres por no haber cumplido sus expectativas.
“Ya no me lo paso bien. No me gusta. Tengo miedo. Lo paso mal cuando me gritas en la banda”. Son las explicaciones que el protagonista da a sus padres para justificar su retirada. La presión ha podido con él.
El vídeo muestra imágenes del padre leyendo la carta de su hijo mientras recuerda su comportamiento en los partidos, dando instrucciones, gritando, increpando al árbitro. Actitudes que, desgraciadamente se repiten cada fin de semana en los partidos de fútbol del deporte formativo.
“Estoy triste”, señala el niño. “Querías que fuera el mejor. Siento haberte decepcionado”, concluye asumiendo la responsabilidad de un fracaso que debería hacer pensar a muchos padres.
El 40% de los adolescentes abandonan el deporte, tal como señalan numerosos estudios y, en este caso, el realizado por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla y la Universidad de Huelva. El abandono de la actividad física es una verdadera epidemia que asola el deporte, porque el deporte es uno de los espacios donde los niños todavía pueden jugar, experimentar, decidir, equivocarse, aprender. Y se lo estamos robando.
Las causas de este alto índice de abandono son diversas, pero tienen en común una concepción errónea del deporte formativo por parte de los padres.
“En el deporte de base corremos demasiado y eso es peligroso. En España las competiciones federadas de fútbol empiezan a los cinco años. Hay técnicos, clubes e instituciones que viven de sus resultados. La especialización temprana, el exceso de competitividad, la imposición de que solo vale ganar y la presión que ejercen muchos padres, provocan que muchos niños sufran ansiedad y estrés. El resultado es que muchos abandonan prematuramente el deporte.
En las categorías de formación hay demasiado foco en la victoria, en ganar un determinado campeonato, y eso genera malestar”, señalaba en El Mundo Jesús Portillo, profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y psicólogo de la selección española de hockey hierba.
“Cuanto mayores son las expectativas de los padres, mayores las probabilidades de frustración de los hijos. Y todo por confundir las necesidades: las de los padres con las de los hijos”, tuiteó Pep Marí, psicólogo del deporte.
Como señala Marí, muchos padres confunden sus necesidades con las de sus hijos. ¿Qué necesita mi hijo del deporte? ¿Qué le puede aportar en su proceso de crecimiento y formación? Son algunas preguntas que convendría hacerse para evitar que los niños lleguen a “quemarse” en el deporte.
El deporte de base mueve mucho dinero: venta de artículos deportivos, licencias federativas, academias de fútbol para menores, campus de tecnificación, torneos, agentes en busca de talentos… Y los grandes damnificados son los niños.
¿Por qué no sabemos estar en la banda de un campo disfrutando del juego independientemente del resultado? ¿Por qué valoramos tanto el ganar y el éxito? ¿Por qué no aprendemos de las fatales consecuencias que esta actitud tiene para los niños?
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Sobre la Fundació Brafa
La Fundació Brafa es una escuela deportiva situada en el distrito de Nou Barris de Barcelona. Nuestro objetivo es ayudar a las familias en la educación de sus hijos. Creemos en el gran potencial pedagógico del deporte para formar en valores como la humildad, el respeto, la capacidad de superación, el trabajo en equipo, el esfuerzo… Queremos formar a buenos deportistas y buenas personas.
Como parte de su misión, Brafa trata de influir en la sociedad para preservar los verdaderos valores del deporte y uno de los medios son las campañas como #noseashooligan o el programa de formación BChampion, disponible de manera gratuita para todo el mundo.