Asus 17 años fue titular con el Barça. Ante el Getafe, Koeman decidió dar entrada al canario en el once y el jugador aprovechó la oportunidad. Fue el mejor de un buen primer tiempo y dejó grandes sensaciones hasta que el técnico holandés decidió dar entrada a Coutinho.
En algo más de 45 minutos, Pedri ofreció un recital de lo que significa leer bien el juego. Viendo la alineación, muchos esperaban a Griezmann de mediapunta con Messi de falso nueve, pero fue el canario el que asumió esa responsabilidad. Supo situarse entre líneas, bajar a recibir y oxigenar la salida de balón del Barça.
Conducción y pase para superar líneas, devolución al primer toque, contemporización para cambiar el ritmo de la jugada. Cada decisión cuando debía, cada elección bien analizada y ejecutada a la perfección. En un campo duro como el del Getafe, con un equipo de máxima exigencia física, Pedri flotó entre líneas para dirigir a un Barça húerfano de un conductor ante el bajo rendimiento de Frenkie De Jong o la intermitencia de Messi.
Laudrup como referencia
Fue rechazado en Valdebebas, hace apenas dos años, cuando en unas pruebas, en un campo en malas condiciones, no pudo mostrar su fútbol. Otra vez será, le dijeron. Y esa vez ha llegado. Vestido de azulgrana, con toda la carrera por delante y un fútbol ya de primer nivel. En plena adolescencia. Mientras otros tratan de despuntar en categoría juvenil, Pedri ya lo hace en este Barça.
Su pase a Griezmann, al espacio para dejar al francés frente a Soria, recordó al de uno de sus ídolos, Michael Laudrup. Los videos que su padre le ponía del danés siempre fueron una referencia para Pedri. Quiso adoptar su precisión y clarividencia en el pase. Y en Getafe dejó indicios de haberlo conseguido. Él y Ansu lideran el cambio de ciclo. Y su protagonismo esta temporada va en aumento. Son futuro, pero también presente.