El Barcelona y el Celta han llegado a un principio de acuerdo este lunes para la cesión de Rafinha por una temporada. Ahora solamente falta que los clubes redacten los contratos y se haga oficial el compromiso. El paso previo para la marcha del futbolista ha sido la renovación de su contrato.
Este paso era una exigencia del Barcelona porque el futbolista acaba contrato el próximo mes de junio y hubiera quedado totalmente libre para irse donde quisiera. No desean que se repita el caso de Munir de hace dos temporadas.
Rafinha siempre quiso dejar el Barcelona para jugar con asiduidad. El Valencia estuvo muy interesado en el fichaje, pero Marcelino comunicó este domingo públicamente que el club no permití la llegada del azulgrana.
Esta negativa del equipo levantino dejaba al Celta como el club mejor colocado para hacerse con los servicios del futbolista. El punto más complicado era el pago de la ficha del futbolista porque el Celta no podía llegar a los tres millones que cobra al año. Al final, también hubo acuerdo en este punto aunque no han trascendido los detalles.