En una temporada tan convulsa, sobre todo en el plano mediático, el Barça puede pelear por LaLiga, está en la final de Copa y estuvo a punto de levantar la Supercopa de España en La Cartuja. Desde luego, si alguien explica el pasado octubre que en marzo el equipo estaría así, nadie se lo hubiera creído.
Y es que Ronald Koeman ha conseguido crear un grupo, algo que parecía que no existía en ese vestuario desde la primera etapa de Ernesto Valverde. Los abrazos de Gerard Piqué y Leo Messi con el entrenador al final de la prórroga es un fiel reflejo de lo que es ahora mismo esa plantilla. Y es que en la montaña rusa de emociones que viven los jugadores, con partidos brillantes como el del Sevilla y para olvidar como el del PSG, pueden cerrar la temporada de una manera más que digna levantando uno de los trofeos nacionales.
Llegados a este punto, solo queda disfrutar de lo que resta de campaña. Final de Copa y la pelea por LaLiga. Sin duda, el nuevo presidente puede estar tranquilo con Roanld Koeman en el banquillo. Respetado en el vestuario y, cada vez más, por los socios. Aunque haya cosas que mejorar.