A las puertas de la final de la Copa del Rey y acariciando el título de liga, la temporada del FC Barcelona me parece de notable. Resulta evidente que habrá que ratificar la calificación con la conquista del anhelado doblete. Sin embargo, la debacle romana, impide dar el saltito al sobresaliente.
En el fútbol actual parece que si no levantas la “orejona” ya no eres absolutamente nadie. Pues no me parece justo, qué quieren que les diga. El FCB, por ejemplo, en sus 119 años de historia “sólo” ha podido levantar 5 Copas de Europa, un dato que refleja la dificultad de tan complicado reto. El problema del Barça y del R. Madrid estriba en su continua retroalimentación. Los éxitos del rival golpean, cual martillo pilón, en el corazón del rival. Por eso, el KO blaugrana en Roma, unido al milagroso acceso a las semifinales del R.Madrid parece que puede o quiere eclipsar un buen año azulgrana.
En fútbol, siempre es interesante tirar de memoria. Parece que a muchos se les ha olvidado el verano “horribilis” del 2017, con la inesperada “espantá” de Neymar y las tremenda dificultades para fichar, aunque fuera a precio de oro. Todo ello, unido al más que dubitativo arranque, cediendo el título de la Supercopa de España a un Real Madrid superior. Pero Valverde no desfalleció y siguió trabajando y abordando, una a una, las dificultades que le llegaban al banquillo. Hoy hablamos de un Barça imbatido en liga, posiblemente menos brillante en el césped de lo que muchos querrían y algo alejado del “modelo” Cruyff, pero efectivo y ganador. La Liga y la Copa parecden encarriladas. Pero Europa manda, por encima de todo y habrá que esperar a la suerte blanca en la LC para anotar la calificación definitiva al examen de la temporada 2017-18. La mía, de momento, es de notable.