Los oscenses desplegaron un gran fútbol y gozaron de ocasiones ante un conjunto, el perico, que no tuvo la reacción que todos esperaban
El Huesca y Espanyol quisieron cambiar el dicho de «a entrenador nuevo, victoria segura» a su mejor conveniencia. Los locales buscaban amargar el debut de Ramis en el banquillo perico, mientras que los catalanes estaban deseosos de que el tarraconense empezara bien su periplo como espanyolista. Al final, ni para uno ni para el otro.
Tras una primera parte intensa, con demasiado centrocampismo y pocas ocasiones, donde las mejores fueron por parte de los locales, se dio paso a una segunda donde Ramis movió el banquillo: se quedó en la ducha Brian Oliván y en su lugar Ramón piso el verde. Posición por posición.
Llegó la jugada polémica, Blasco y Braithwaite luchan por el balón y da en mano del oscense, el árbitro decretó penalti, y desde el VAR se le instó a verlo. Una vez visionado siguió con su idea. Puado desde los 11 metros no falló.
El Huesca se estiró, el Espanyol buscó salvar su gol y el resultado fue el empate de los oscenses. Vilarrasa aprovecha un centro de Jorge Pulido. Se pidió fuera de juego, pero las líneas del VAR dijeron que era válido.