Xavi Hernández no se esconde. El exazulgrana y actual entrenador del Al-Sadd ha asegurado que se siente preparado para coger las riendas del Barça, como un día ya le auguró Cruyff. «Él me decía que vendrían a buscarme y me daba consejos. Si el fútbol es una religión, él fue su dios», explica. Antes o después se sentará en el banquillo del Camp Nou, pero lo hará con sus condiciones y sus reglas de juego.
«Yo tengo claro que quiero volver al Barça, me hace mucha ilusión. Igual años atrás podía darme cierto respeto, pero ahora que ya me he visto entrenando creo que puedo aportar cosas a los jugadores. Pero les dejé claro que yo me veía en un proyecto que empezara de cero, y en el que la toma de decisiones fuera mía», ha explicado en una entrevista a La Vanguardia. Cabe recordar que la entidad azulgrana contactó con él en enero para que sustituyese a Ernesto Valverde, pero rechazó la propuesta. No era el momento.
Pese a que las negociaciones salieron a la luz desde el primer instante, Xavi Hernández asegura que no le molestó. «No tengo ningún problema: no me escondo, ni me retracto. Me gustaría trabajar junto a personas en quienes tengo confianza, con quienes hay lealtad, y que son gente muy válida. No puede haber nadie tóxico cerca del vestuario».
Además, el ex catalán pone nombres y apellidos a su proyecto como Carles Puyol y Jordi Cruyff. «Soy muy de equipo; no quiero decidir solo. Aquí, las decisiones las tomamos con el staff… es una estructura horizontal, de consenso. Aunque luego la última palabra me corresponda a mí».
Xavi tiene muy claro que quiere trabajar cómodo cuando coja las riendas del equipo. «Me gustaría tener mucha sintonía con todo el mundo. En el vestuario no puede haber nadie negativo, tóxico, y el tema médico es importante… todo tiene que encajar. Me gustaría entrar con gente de mi entorno para formar un buen equipo». Por lo tanto, el presidente no sería una pieza determinante. De hecho, reconoce que no tiene mala relación con Bartomeu, con Laporta se lleva bien y con Víctor Font guarda amistad.
No sería definitivo que hubiese un presidente u otro, pero insisto en que me gustaría tener total sintonía»
Xavi Hernández, incluso, tiene un idea a grandes rasgos de lo que quiere que sea su Barça. Se deshace en elogios hacia mucho de los jugadores de la actual plantilla y no olvida otros nombres como el de Neymar.
«Gran parte de la plantilla me parece extraordinaria. Empezando por el portero, que me parece el mejor del mundo; Jordi Alba, para mí, es el mejor lateral izquierdo del mundo; Piqué, el mejor central del mundo; Busquets, mejor centroacampista defensivo del mundo; y Messi, el mejor jugador del mundo. Y, si les sumas a Suárez, a De Jong y a Arthur, me parecen futbolistas para triunfar diez años más en el Barça. La base es muy buena. Yo ficharía extremos, tipo Neymar -no sé si él encajaría por el tema social, pero futbolísticamente no tengo dudas en que sería un fichaje espectacular-; el Barça ya tiene juego por dentro… pero le faltan extremos como tiene el Bayern. No necesita muchos nuevos: Jadon Sancho, Serge Gnabry...», comenta.
Ficharía extremos tipo Neymar, no sé si él encajaría por el tema social, pero futbolísticamente no tengo dudas»
Más allá de su futuro en el banquillo del Barça, el catalán ha repasado otros temas vinculados a su carrera deportiva como su presencia con la Selección. Admite que siempre ha sido un orgullo defender la camiseta de España.
«El tema político y las injusticias me revientan, pero no tiene nada que ver…. Toda la vida quise ir a la selección y a mucha honra. Yo sólo me he pronunciado a favor de la libertad de las personas, no contra España. Me parece una injusticia es que la gente no haya podido votar en un referéndum legal», reflexiona Xavi Hernández.
Por último, ha explicado su vida en Qatar. Precisamente, el catalán ha sido muchas veces criticado por su palabras sobre este país. «Hay prejuicios respecto a la cultura árabe. No defiendo a una dictadura. Para nada. Se me ha criticado mucho el tema de los derechos humanos… Pero ellos mismos hacen autocrítica. Cada vez tienen más consciencia de que hay que suprimir ciertas cosas, pero necesitan tiempo. Hay temas indefendibles, como la libertad de prensa o el respeto a la homosexualidad, pero tienen muchas cosas muy positivas», concluye.